Del Nido y el arte de no dimitir

No sólo pelotas

Del Nido y el arte de no dimitir

Ya tenemos a otro más que sigue los pasos del más grande, Jesús Gil, en las lides de estar sentenciado por los jueces, decir que es inocente, y por supuesto no dimitir, que en el mundo de los presidentes de fútbol es casi un arte.

Cómo en la cárcel, aquí también todos son inocentes. Debe de ser difícil de entender para el todopoderoso dirigente de una entidad de primera división que un juez pueda tener razón (total a juez llega cuaquiera).

Para ellos las desiciones judiciales son conspiraciones judeomasónicas, para destruir todo lo bueno que han hecho por su equipo y por su afición, sin querer darse cuenta del daño que hacen.

Del Nido es el último de esta saga, siempre lideradada por el ya fallecido Jesús Gil, que hizo de su Atleti lo que quiso, a pesar de sus innumerables cuitas con la Justicia, pasando por cómo no Lopera y su Betis.

Casos más recientes de presidentes en problemas como el de Calderón del Real Madrid, que sólo sobrevive en los medios de comunicación curiosamente por la cobertura que le hace de sus críticas la prensa catalana.

Seguro que me dejo unos cuantos en el tintero y más si uno mira a ligas como la francesa con Bernard Tapie presidente del Olympique de Marsella en la temportada 92/93, y sus pagos por amañar partidos, lo que costó a su equipo la péridida de una Copa de Europa y el descenso a segunda división.

O la liga italiana, de la cual no voy a decir mucho que nunca se sabe quien puede llegar a leer un artículo de opinón en Internet, pero que tiene todo un muestrario de presidentes de equipos de fútbol (y lo que no es fútbol) dígamos que poco amigos de la ley y poco dispuestos a dejar sus cargos.

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