Prohibido inaugurar

Opinión

Prohibido inaugurar

También la política despunta a veces rasgos de sensatez, quien lo diría. Este año de crisis, los alcaldes de nuestros cerca de nueve mil municipios no van a poder adornar sus campañas para la reelección inaugurando a diestro siniestro casas de cultura, abrevaderos para las vacas, asfaltado de plazas y esculturas de sus próceres en una maratón predestinada a que los sufridos vecinos nos percatásemos de su eficacia en la gestión.

Uno ya puede viajar estos días a Valladolid y pararse en una esquina de la plaza mayor sin miedo a que venga un edil de guardia y le inaugure confundiéndote con una estatua, como cuentan que ocurría cuatro años atrás. No sé bien ni cómo pero lo cierto es que esta bacanal de inauguraciones que nos amenazaba ante la proximidad del 22 de mayo se ha frustrado. ¡Albricias! Los regidores locales deberán permanecer en sus despachos, trabajando y justificando su sueldo, calladitos que es como mejor están a menudo, sin volver tarumba a los ciudadanos que de otra forma sufrirían los incordios de las calles cerradas por las cintas listas para ser cortadas por el alcalde deseoso de notoriedad y votos para mantenerse en el machito.

Últimamente las obras se iniciaban y programaban para quedar concluidas por estas fechas de manera que pudiesen ser inauguradas cuando tenían más efecto electoral. Pues, se acabó. Las obras las pagamos entre todos así que es injusto que las capitalice un alcalde o un presidente tal y como si promoverlas no fuese su estricta obligación o si el coste hubiese sido asumido por su propio bolsillo. Menudo disgusto que alguno se habrá llevado. Me han hablado de uno que sufrió una angina de pecho de la rabieta y de otros que se han lesionado la muñeca cortando contra el reloj todas las cintas programadas para la quincena en una sola tarde.

Para la próxima vez espero que hayan asimilado la lección y que se inventen otra estratagema para conseguir titulares.

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