El enemigo tradicional de la Revolución cubana, eufemismo histórico con el que se ha denominado siempre al castrismo, es EEUU. Y, por su puesto su fuerza de choque más odiada y temida, como es lógico en una rivalidad que se generó en los tiempos de la Guerra Fría, son las agencias de espionaje, en general, y la CIA en particular. Pero también, han tenido relevancia en las filas contrarias un amplio entramado de lobbys y fundaciones que, según la versión cubana, se dedican todavía a fomentar la contrarrevolución. Por supuesto, la organización paradigmática de ese eje del mal alternativo era la Fundación Cubano Americana, en los tiempos en que su cabeza visible era Jorge Más Canosa, el enemigo histórico de Fidel Castro. Luego hay toda una serie de organizaciones de menor importancia simbólica, pero también muy criticadas como la española Faes, el Usaid, el Centro para una Cuba Libre. Y, por encima de todas ellas, la Fundación Konrad Adenauer, un grupo formado por prominentes democristianos alemanes que, en las últimas décadas del siglo pasado fue muy activa en el apoyo a la disidencia. Pues, bien, si las informaciones publicadas sobre ellos en el Granma fueran completamente ciertas, con Angela Merkel en el poder, los hombres de la Adenauer habrían renovado sus esfuerzos en la guerra contrarrevolucionaria y serían, hoy por hoy, casi más peligrosos que la propia CIA.
Precisamente, la decisión de Sánchez será la gran referencia que tendrán los inversores la próxima semana, algo que se conjugará con la publicación de…
