A la ucraniana

Opinión

A la ucraniana

De Ucrania nos llegan unas imágenes en las que se mezcla una bronca espectacular en el Congreso con los mejores momentos de “Humor Amarillo”, uno no sabe exactamente lo que está viendo pero aquello da tanta vergüenza ajena como rubor propio. Pero lejos de mostrar esas imágenes con el comentario oportuno lo que estamos viendo es que se presentan entre risas, como si fuera la prueba final de la cucaña en el Ayuntamiento de La Garrovilla, (Badajoz).

Nos divierte ver cómo los demás están peor que aquí. Supongo que en breve llegarán imágenes de griegos dedicados a la mendicidad que suplican en las calles una ayudita de la UE. Lo que no tiene tanta gracia es aplicar el concepto “ucraniano” a las cosas de aquí, a por ejemplo pensar cómo se tirarían del moño sus señorías, o cómo volarían los huevos hasta la presidencia de Bono que tendría que sacar el escapulario y el agua bendita para volver a la normalidad.

Pero aquello que pasa en Ucrania tampoco nos queda tan lejano. No pensemos que las cuitas políticas cambian demasiado porque se hagan en ruso. Y luego dice Stephen Hawkings que debemos estar recelosos de la presencia de los marcianos, (lo que propone es que cerremos la puerta con llave todas las noches, no vaya a ser que se nos aparezca un alienígena y nos convierta en pollo frito). Pues bien mirado prefiero a un marciano que a un diputado de Ucrania defendiendo su honor como si la división de poderes no fuera otra cosa mas que la prolongación del teatro de cachiporra por otros medios.

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