Artur Mas ya no puede seguir gobernando en solitario. Tras conseguir 50 escaños con CiU y quedarse tan lejos de la mayoría absoluta (68 diputados), el asunto se complica para el actual presidente del Parlament. Una opción es pactar con ERC, que ha sido la segunda fuerza más votada (consiguiendo 21 diputados) y que apoya su proyecto soberanista. Sin embargo, surge un problema.
Y ese problema se resume en que, con algo más del 98% de los votos escrutados, un gobierno controlado por CiU y ERC tendría que enfrentarse al más de millón y medio de votantes, el 48,5% de los que han acudido a las urnas este domingo, que han optado por depositar su confianza en formaciones que no comulgan con las teorías independentistas (PSC, PP, ICV y C’s).
Por este motivo es más que probable que en una coalición formada por CiU y ERC -que junto a los casi 125.000 votos que ha obtenido la formación radical independentista CUP acaparan un 51,4% de las papeletas- uno de los dos vaya a salir muy perjudicado de cara a los próximos comicios.
Además, la participación ha sido del 69,5%, todo un récord para unas elecciones autonómicas. De este modo, el número de votantes que han salido de casa este domingo ha superado las cifras que ostentaban los comicios de 1984, con un 64,3%, y los de 1995, con un 63,6%; en 1980 la participación fue del 61,34%.
