Mariano Rajoy se ha puesto manos a la obra para atajar las constantes polémicas que en los últimos meses han salpicado a dos ministerios claves de su Gobierno como el de Empleo y el de Hacienda. Para ello, nada mejor mandar callar a sus ‘culpables’. Así, desde hace varias semanas no se escucha ni una sola declaración de Fátima Báñez ni de Cristóbal Montoro.
Extrañamente el siempre polémico Cristóbal Montoro ha enmudecido. Su figura ha desaparecido de los telediarios, sus palabras no aparecen en los periódicos y la controversia en el Ministerio de Hacienda parece ser cosa del pasado. Incluso, en las imágenes de los Consejos de Ministros apenas aparece de lejos o de perfil.
Mismo misterio rodea a la titular de Empleo. Desde que se filtró a los medios de comunicación el ERE del PSOE y tras la polémica por un ‘tuit’ sobre el juego Bubble Shooter, las apariciones de Fátima Báñez se pueden contar con los dedos de una mano. Su última imagen se remonta de la rueda de prensa del Consejo de Ministros del 24 de agosto dónde se presentó la prórroga de los 400 euros.
A partir de eso, su departamento se ha dedicado a enviar comunicados de prensa con sus medidas.
Un silencio de ambos ministros que viene impuesto por ‘arriba’. Mariano Rajoy estaba cansado de ver cómo semana tras semana, algún traspiés de Báñez o de Montoro acababa con la tranquilidad en La Moncloa. Por ello, ha hecho mandar callar a ambos. El presidente del Gobierno ha limitado la presencia pública de ambos y les ha pedido seguir el ejemplo de uno de sus compañeros de gabinete: el titular de Defensa, Pedro Morenés.
Al sucesor de Carme Chacón o José Bono en este Ministerio apenas se le conoce. Y es que, su figura ha pasado tan desapercibido que en los sondeos apenas hay ciudadanos que sepan su nombre. Hoy mismo, el Gobierno ha anunciado un crédito a Defensa de 1.782 millones de euros para atender armamento. Una decisión que normalmente habría anunciado el ministro del ramo, en este caso Morenés, pero que no ha sido así, ya que la encargada ha sido Soraya Sáenz de Santamaría.
Otro ejemplo para Rajoy de cómo debe ser un ministro es el de Miguel Arias Cañate. Eso sí, hasta que se han desatado los incendios. El titular de Medio Ambiente y Agricultura se ha caracterizado hasta el verano por no desatar ninguna polémica y mantenerse en un segundo plano. Estrategia que se ha visto obligado a cambiar por el fuego que ha asolado media España.
Entre medias de los polémicos Báñez y Montoro y el anodino Morenés, hay un grupo de ministros que ‘capean’ las controversias como mejor pueden. En este ‘saco’ estaría la titular de Fomento, Ana Pastor, el de Economía, Luis de Guindos, el de Industria y Turismo, José Manuel Soria, y los de Sanidad y Educación, Ana Mato y José Ignacio Wert, respectivamente, aunque estos últimos han estado en la picota por sus reformas.
Otro dúo muy de actualidad últimamente es el de Alberto Ruiz Gallardón y Jorge Fernández Díaz que han protagonizado las noticias ante las críticas que ha despertado en un sector del PP la excarcelación del etarra Bolinaga.
Mención especial merece el ministro de Exteriores. José Manuel García Margallo se ha convertido en la verdadera estrella de este Gobierno por su espontaneidad y su carisma. No ha tenido reparos en hablar de la crisis, de Europa, de los recortes o del conflicto pesquero con Gibraltar. Sea el tema que sea, García Margallo tiene una opinión y la da. Una actitud que le ha llevado a ser muy conocido entre los ciudadanos.
