Los líderes territoriales se reúnen hoy con el secretario general. La mayoría ha manifestado apoyar el movimiento de Iglesias y restan importancia a la crisis interna. Los líderes autonómicos de Podemos acudirán hoy, en su mayoría, a la reunión que ha convocado en Madrid el secretario general del partido, Pablo Iglesias. En ese encuentro, y según las declaraciones de los ‘barones’ del partido morado tras la destitución de Sergio Pascual como como secretario de Organización, arroparán al líder y a su decisión.
Los líderes de Podemos en Galicia, Cataluña y Castilla y León expresaron públicamente su apoyo a Iglesias: al secretario general de Podemos en Galicia, Breogán Riobóo, no le sorprendió la destitución de Pascual, a quien ha señalado como la persona que habría impulsado «maniobras» en los distintos territorios donde se han dado dimisiones en los Consejos Ciudadanos, según declaraciones recogidas por Europa Press.
Desde Castilla y León, Pablo Fernández, dio su «firme apoyo» a Iglesias desde el convencimiento de que es «la mejor persona» para llevar el timón de Podemos y descartó de pleno que exista una crisis interna en el partido. Y Marc Bartomeu, secretario general de Podem Barcelona, sostuvo que «no tenemos que tener miedo a tomar estas decisiones».
Al inicio de este mismo viernes han confirmado asistencia los líderes regionales de Comunidad Valenciana, Navarra y Andalucía, y también han manifestado su apoyo a los movimientos de Iglesias por las crisis territoriales en el partido en hasta seis comunidades autónomas, que ha sido especialmente sonora en Madrid con la dimisión de hasta diez cargos orgánicos de Podemos en esa región.
Durante el día de ayer, la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, aseguraba que el cese de Pascual cumple «completamente» con los estatutos de la formación morada y ha negado que responsa a una purga dentro del partido. Rodríguez es una de las líderes consideradas adalid de una línea divergente dentro de Podemos. Sin embargo, tanto ella como el líder castellano leonés, Pablo Echenique, han negado el argumento “de las dos almas de Podemos” porque en el partido, según estos dos cercanos dirigentes, “no hay dos almas sino cien, y aún no les hemos vendido ninguna de ellas al Ibex 35”, sostenía Echenique parafraseando a Rodríguez.
En esta misma línea se ha pronunciado en declaraciones el líder de Podemos en la Comunidad Valenciana, Antonio Montiel, quien asume con normalidad la destitución del secretario de Organización le resta importancia. A su juicio, el partido tiene «una gripe y no una pulmonía mortal» y la situación actual responde a «una crisis de crecimiento».
Desde Navarra, la secretaria general ‘morada’, Laura Pérez, ha mostrado su respeto a la decisión de Iglesias y le ha quitado trascendencia: «Independientemente de las diferencias tácticas, todos coincidimos y tenemos clarísimo que no podemos facilitar un pacto PSOE-Ciudadanos que no ponga fin a las políticas austericidas», ha manifestado.
El silencio de Errejón
Volviendo al centro de la organización, el principal foco de crisis es para muchas voces la relación entre el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, con Iglesias. Sergio Pascual era uno de los dirigentes más cercanos a Errejón y por tanto el silencio del diputado estos días ha dado mucho que hablar sobre la posible ruptura en las líneas tácticas en el corazón de la cúspide de Podemos.
Aunque Carolina Bescansa, responsable de Análisis Político en el partido morado, negaba que en el partido existiesen diferencias más allá de las organizativas, hay quien piensa que la línea de los ‘errejonistas’ existe y que el número dos esconde tras su silencio un plan para recuperar el poder perdido con la salida de Pascual.
Según El País, es de esperar que Errejón siga defendiendo la línea por un mayor acercamiento al PSOE y al pacto que se le atribuye por su discurso de “transversalidad”. Según La Razón, la vía de salida de Errejón de esta situación será tratar de impedir que Iglesias sustituya a Pascual con una de sus figuras más afines, como Irene Montero o Rafa Mayoral, y forzar en cambio una elección pactada del sustituto de Pascual.
