La familia Del Pino ha colgado el cartel de ‘se vende’ a su participación en Ebro Foods. Pretenden desprenderse del 3,375% que poseen en la arrocera a través de la firma Casa Grande de Cartagena mediante una colocación acelerada. Al más puro estilo de las recientes desinversiones de las cajas de ahorros españolas.
Los herederos del que fuera presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, han confiado la operación al bróker de UBS. Los gestores del banco suizo tienen ahora la tarea de encontrar nuevo dueño para las 5,193 millones de acciones de Ebro Foods que hasta ahora obraban en manos de la acaudalada familia madrileña que, con la operación y a precios de mercado, podría aumentar su patrimonio en unos 71,5 millones de euros.
Puesto que está previsto que la colocación dure menos de un día, es más que probable que mañana miércoles, Ebro quede suspendida de cotización hasta que se dé a conocer el resultado de la venta acelerada. En lo que va de año, la cotizada ha perdido un 4% de su valor bursátil y su salida del índice Ibex 35 le supuso una considerable sangría inversora, según destacaron en su momento los analistas que más de cercan siguen al valor.
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) cuenta con un peso del 10,218% en el accionariado de la arrocera y en alguna ocasión ha mostrado su interés por salir de la compañía. La experiencia de los Del Pino podría marcar las líneas maestras de otra desinversión, aún más fuerte, en el núcleo duro de la cotizada.
