Manuel Fernández de Sousa se aferra a la presidencia de Pescanova como a un clavo ardiendo. El empresario ha vuelto a perpetuarse en el cargo en un consejo de administración en el que ha hecho valer sus posturas. Los administradores concursales de Deloitte siguen sin poderle sacar de unos despachos desde los que ejerce aún una fuerte dominancia sobre la maraña empresarial de la piscícola gallega.
En un consejo de administración que, según fuentes próximas a Pescanova ha superado en tensión a todos los celebrados hasta ahora, Fernández de Sousa ha sacado adelante todas sus iniciativas. De ello da buena cuenta a través de un escueto hecho relevante Santiago Hurtado Iglesias, uno de los dos administradores solidarios designados por Deloitte, firma asesora escogida por la Comisión Nacional del Mercado de Valores para imponer una normalidad que no llega en la compañía pesquera. “Solicitado el cese del Presidente, se acuerda no adoptar dicho acuerdo por mayoría”, se recoge en la nota.
No obstante, en el documento no se detallan los votos al respecto ni si el empresario sigue contando en el consejo de administración de Pescanova con los votos de sus fieles a través de una participación que, al poco de reconocerse las dificultades financieras y errores contables de la compañía, Sousa también tuvo que reconocer como irreal. Una vez más, las posiciones más críticas parecen haber sido abanderadas por la familia Carceller, dueña de la cervecera Damm y el fondo Luxempart que ya ha registrado a valor cero su participación del 5,83% en la gallega.
En la agitada reunión celebrada en Madrid se ha desestimado también convocar con urgencia junta extraordinaria de accionistas como de hecho solicitaban desde hace meses los inversores mencionados. Si esta reunión se produjese, habría que relevar en el cargo precisamente a Sousa, que sigue ocupando su cargo -despojado por el juez de toda facultad ejecutiva- de forma interina por vencimiento del plazo legal y estatutariamente fijado.
Por si fuera poco, se han buscado abogados para frenar los expedientes sancionadores que ya ha abierto la propia CNMV. Los agraciados con el encargo serán los de CMS Albiñana Suarez de Lezo “siempre que se garantice que no asesoran a cualquier otro consejero” y en función de los honorarios que exijan. Mientras tanto, los de Deloitte, recoge la escueta acta de la reunión, se han resignado a “informar” al consejo “de todo lo relativo al procedimiento concursal” y a responder “a las preguntas efectuadas por diversos consejeros interesándose por la situación del grupo”. Una situación que, según fuentes empresariales, podría pasar ya por una deuda superior a los 3.000 millones de euros, el doble de lo reconocido por Pescanova cuando Sousa sí gobernaba la compañía sin los actuales impedimentos.
