El Stoxx Europe 600 Banks Index FX7 conecta ya seis semanas consecutivas en negativo. El inicio de año ha sido claramente negativo para los mercados de renta variable europeos, con el hundimiento en el precio del petróleo y las crecientes dudas sobre la economía china. Sin embargo, para el sector bancario, con unas ganancias sin brillo y un escenario de tipos negativos, está siendo especialmente difícil.
El Stoxx Europe 600 Banks Index FX7 conecta ya seis semanas consecutivas en negativo, su peor racha bajista desde 2008, en lo más crudo de la crisis financiera. En ese entonces, de acuerdo a FactSet, la caída libre empezó en mayo y se prolongó durante ocho semanas.
“El entorno actual de los bancos europeos es muy, muy malo. Durante un ciclo económico completo, creo que es muy dudoso que los bancos, en promedio, sean capaces de cubrir su coste de capital. Y como resultado esto hace que sea una inversión poco atractiva para los inversores a largo plazo”, advierte Peter Garnry, jefe de estrategia de renta variable de Saxo Bank, en declaraciones a MarketWatch.com.
Al final del año pasado, los bancos eran señalados como uno de los sectores más populares para el 2016 debido a los beneficios esperados en las rentabilidades más altas de los bonos, el aumento de las expectativas de inflación y un mayor crecimiento económico. Esa perspectiva, sin embargo, fue anterior a que las crisis del petróleo y de China hundiesen el optimismo de los inversores.
Garnry reconoce que las caídas bursátiles de la banca son “un poco extrañas”, dado el reciente crecimiento de la economía europea y la flexibilización agresiva por parte del Banco Central Europeo. “Y es preocupante, porque los bancos son mucho más importantes para el mecanismo de crédito en la economía aquí en Europa que en los EEUU, donde se tiene un mercado de capitales donde es más fácil para emitir bonos corporativos y obtener fondos fuera del sistema bancario comercial”.
El inicio negro del año para la banca también se está reflejando en los credit default swaps (CDS): el coste por asegurar bonos del sector financiero se encuentra en máximos desde 2013.
