Leer hoy las portadas de la prensa resulta ciertamente entr

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Leer hoy las portadas de la prensa resulta ciertamente entr

Leer hoy las portadas de la prensa resulta ciertamente entretenido, ya que la mayoría de las noticias que se destacan tienen su morbo. Por ejemplo, la cuestión de la moción de censura que van a presentar en Benidorm los socialistas con ayuda de un tránsfuga, y en contra del criterio de Ferraz, no sería lo mismo si no estuvieran en danza Leyre Pajín y su madre, ya que no hubiera permitido a Pedrojota Ramírez titular en portada “Pajín no logra que le obedezca en Benidorm ni su propia madre”, que parece la versión políticamente correcta de lo que en realidad le hubiera gustado publicar al diario de Unidad Editorial que sería algo así como que a la secretaria de Organización del PSOE no le hace caso ni la madre que la parió. Además, si hubiera sido un caso normal de vulneración del pacto antitrasfuguismo también nos habríamos perdido el titulo del pie de foto que se lee en La Razón: “Madre y tránsfuga no hay más que una (la de Leire Pajín)”.

Tampoco hubiera dado tanto juego una cumbre hispano-italiana si Berlusconi no fuera Berlusconi, y si Zapatero no hubiera aportado los datos de la subida de impuestos que hurtó al Congreso, que es algo que molesta especialmente a Abc. Y es que si Il Cavaliere fuera un poco menos machista y un poco menos playboy no hubiera eclipsado con su show la cumbre, tal y como subraya Público, ni nos habría dejado ‘perlas’ como sus particulares disculpas por llamar “rosa” al gabinete socialista, argumentando que no “se puede decir algo negativo de las mujeres en la patria de Casanova y los playboys” para después calificar a las féminas como “el regalo más bonito que Dios ha dado a los hombres”.

Y, finalmente, si Berlusconi no fuera un magnate de la comunicación ni estuviera en guerra con El País por haber publicado las fotos de sus bacanales, nos habríamos perdido la dura respuesta del diario de Prisa a los ataques que ayer le dedicó el primer ministro italiano, en un duro editorial en el que advierte de “la dificultad política” de gestionar las relaciones internacionales con un “personaje” como él. Para El País, a Berlusconi simplemente es “mejor no frecuentarle”.

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