La detención el sábado por la noche del presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, acusado de intento de violación de una camarera en un hotel de Nueva York, es la noticia que abre las portadas de El País, El Mundo, Abc y Público, ya que tiene todos los componentes que provocan morbo a raudales: delito de índole sexual, acusado poderoso e influyente, víctima de clase trabajadora y, por si fuera poco, se da la circunstancia de que el supuesto agresor es responsable de una de las más importantes instituciones económicas cuando nos encontramos en plena crisis. Además, Pedrojota Ramírez añade otros ingrediente para que a la salsa no le falte de nada, al señalar que “nunca se había visto que una persona con rango protocolario de jefe de Estado fuera detenida en un avión como un delincuente común”.
Por ello, y dado que Strauss-Kahn estaba “en la pista de despegue para las elecciones presidenciales del año próximo” como candidato del socialismo francés, lo que recalca El País, no es de extrañar que abunden los comentarios editoriales en los que, pese a la presunción de inocencia, se da por acabada su carrera. Y es que los diarios consideran que ni el socialismo francés ni el FMI pueden cobijar a un acusado de violencia sexual. Además, Abc considera que hay que darse prisa en buscarle recambio y señala que “sin que se puedan prejuzgar los resultados de la investigación o las eventuales consecuencias jurídicas, la prudencia aconsejaría acelerar los preparativos de la sucesión a la cabeza del FMI”.
La Razón prefiere dar el espacio más importante de su primera a Sortu, formación de la que dice que utilizará los mismos argumentos que Bildu para lograr la legalización por parte del Constitucional, mientras que El País y El Mundo publican sondeos electorales sobre Bildu. El de Prisa coloca a la coalición abertzale como “cuarta fuerza política en el País Vasco” y el de Unidad Editorial le da entrada en el Parlamento navarro con tres escaños.
