Hoy como ayer, que parece una copla, la prensa se centra en el ataque aliado contra Gadafi y en la sucesión de Zapatero, sobre la que se sigue especulando a riesgo de que a más de uno nos dé un soponcio a pesar de que el principal implicado no suelta prenda.
Entre los diarios que piensan que se lleva mucho tiempo mareando la perdiz se encuentra El País, que hoy concluye en su editorial que “aunque el debate sobre el liderazgo no se haya abierto de forma oficial, de manera implícita lleva tiempo consumiendo las fuerzas del partido socialista. Tal vez demasiado”. Sobre quién debe ser el sucesor, el de Prisa muestra una vez más sus preferencias: Rubalcaba, “el mejor colocado en todas las encuestas” y aunque no se posiciona claramente sobre si debe ser o no candidato único sí lo hace de forma indirecta al advertir que “el desgaste para el partido sería aún mayor si la nominación del nuevo líder originase tensiones internas por el procedimiento o el calendario”. O sea blanco y en vasija…
También le dedica un editorial a esto de la sucesión Abc aunque, lógicamente, al diario de Vocento no le preocupa ni lo más mínimo el desgaste del PSOE sino que aprovecha para volver a pedir elecciones lo que hace con cierta gracia: “si los socialistas no lo quieren de candidato comprenderán que los españoles tampoco lo quieran de presidente”. O sea que propone que al mismo tiempo que convoquen primarias, o lo que sea, pues se disuelva el Parlamento, que ya les comunica Bieito Rubido a los del ‘puño y la rosa’ que por mucho que hagan la distancia con el PP ya es inalcanzable.
Dejamos las cuitas domésticas para volver al principio: Libia y las primeras fisuras entre los aliados. Pedrojota aconseja a la coalición qué debe hacer para evitar un “rebrote de los movimientos antioccidentales”: “moverse estrictamente dentro del marco de la resolución de la ONU que comporta un uso proporcional de la fuerza para proteger a la población” y ser respetuosa con la “sensibilidad de los países de la zona”. Más fácil decirlo que hacerlo.
