Habrá tope para el precio del gas en Europa: 180 euros

Crisis energética

Habrá tope para el precio del gas en Europa: 180 euros

La UE acuerda este límite con el apoyo de Alemania. Solo Hungría ha votado en contra. Austria y Países Bajos se han abstenido.

Banderas de la Union Europea

Banderas de la Union Europea

El gas tendrá un precio tope en 180 euros según el acuerdo alcanzado esta tarde por lo 27 ministros de Energía de los estados miembros. Ha votado en contra Hungría, se han abstenido Austria y Países Bajos y el resto han votado a favor de la resolución, incluida Alemania que era muy reticente a adoptar una medida de este tipo.

Los ministros de Energía de los Veintisiete llegaban a este encuentro con el mandato de acordar el mecanismo de corrección del mercado, tras el ultimátum que les dieron el pasado jueves los líderes europeos a fin de contar en 2023 con una herramienta para evitar picos de precios excesivos en el mercado europeo.

La fórmula es la siguiente: se fijará un tope cuando en el TTF holandés el precio supere los 180 euros MW/h durante tres días y siempre que ese precio sea superior a 35 euros con respecto a la referencia del gas natural licuado en ese momento. El tope estará activo durante 20 días y se desactivaría en caso de riesgo para el suministro lo que ha permitido aceptar la propuesta a algunos de los países más reticentes.

Varios países, entre ellos España, representada por la vicepresidente y ministra de Energía y Transición Ecológica, Teresa Ribera, venían defendiendo desde hace más de un año la necesidad de poner un tope al precio del gas. La Comisión presentó una propuesta que no satisfizo a los países porque consideraban que situaba el tope (275 euros) muy por encima de lo que los que reclamaban esta medida consideraban prudente.

Además, este acuerdo facilita el desbloqueo de los acuerdos de noviembre para impulsar las inversiones en renovables, las compras conjuntas de gas de aquellos países que lo deseen y los mecanismos internos de solidaridad entre países.

A favor de la solución adoptada hoy ha jugado el buen funcionamiento de la denominada excepcionalidad ibérica que ha permitido a España y Portugal contener los precios del mercado energético desde que han comenzado a aplicarla. Eso ha convencido a muchos estados de la conveniencia de poner límites al mercado, aunque con varias salvaguardas para no interrumpir en cualquier caso el suministro desde terceros países.

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