El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este lunes que el Gobierno propondrá en el Congreso de los Diputados una reforma constitucional exprés para suprimir los aforamientos. El Ejecutivo quiere que la medida esté activa en 60 días y todo dependerá de lo que decida Pablo Casado, presidente del PP.
Sánchez ha enviado un balón medicinal al tejado del Partido Popular, que con 134 diputados tiene la capacidad de echar atrás la propuesta socialista.
Una reforma constitucional como la que desea Pedro Sánchez requiere el apoyo de una mayoría de dos tercios en el Congreso de los Diputados. Es decir, 233 de 350 diputados deben votar a favor.
El jefe de la oposición, Pablo Casado, por tanto, debe decidir si apoyar o no la supresión de una medida que puede ir en su contra.
El aforamiento, según asegura la ministra de Justicia Dolores Delgado, le ha valido al presidente del Partido Popular para no estar imputado (de momento) por el caso del máster de la URJC.
“Es un pacto oculto con independentistas”
El secretario general del PP y número dos de Pablo Casado, Teodoro García Egea, asegura que “la propuesta de Pedro Sánchez de eliminar los aforamientos forma parte del pacto oculto con los independentistas. Quiere que los golpistas escapen cuanto antes del Tribunal Supremo”.
El Partido Popular insiste en que en principio está de acuerdo con la idea de suprimir los aforamientos “pero nos gustaría que Sánchez explicara si la eliminación de los aforamientos también afecta a los militares, jueces, fiscales…”.
García Egea considera que la propuesta del Gobierno “es una cortina de humo”.
