La presidenta argentina Cristina Fernández busca alternativas al gas boliviano, tras los problemas que parece tener con algunos suministradores de aquel país, que exigen garantías de cobro antes de entregar el producto. De momento, su Gobierno parece intentar acercarse a dos productores europeos, la alemana EON y la italiana ENI que ya tienen intereses en el país.
Según asegura Dow Jones el Ejecutivo argentino ha revisado dos contratos de servicios públicos con las empresas Distribuidora de Gas Centro y Distribuidora de Gas Cuyana que controla Ecogás, una compañía conjunta de ENI y EON, que distribuye gas natural en seis provincias de Argentina. En el nuevo convenio se admite que las distribuidoras puedan subir los precio entre un 10% y un 30%.
La renegociación se habría hecho además a espaldas del Congreso y sin contar con la oposición gracias a una Ley que permite al Gobierno aprobar estos convenios en solitario en casos excepcionales. Y, quizá estemos en uno de ellos, al menos según las informaciones publicadas por el portal de Internet
Entornointeligente.com que advierte de la posibilidad de que en un plazo de ocho días las fábricas argentinas se queden sin gas.
Entre otras cosas porque la empresa estatal venezolana Pdvsa también podria cerrar el grifo. Argentina mantiene una deuda de 800 millones de dólares con la empresa venezolana Pdvsa que tiene prisa por cobrar.
El origen de la deuda que mantiene el Estado argentino con Pdvsa sería el envío de fuel oil y gasoil que la empresa venezolana compra en Brasil y les revende a los argentinos. El fuel oil importado se usa para alimentar a las centrales termoeléctricas que a su vez proveen de energía al parque industrial de Argentina.
El portal asegura que funcionarios de la venezolana Pdvsa consultados por El Mundo han indicado que el Gobierno argentino ha solicitado un aplazamiento en el pago de la deuda, y que esta no es tan alta, que apenas ronda los 12 millones de dólares. Según pública el diario El Cronista Pdvsa accedió a una renegociación de la deuda, pero aumentó los intereses de un 2% anual a un 6% anual.
