La deuda brasileña se debilita a medida que se acercan las elecciones

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La deuda brasileña se debilita a medida que se acercan las elecciones

Los swaps de crédito por defectos (SCD), que protegen el impago de la deuda de Brasil, costarán 20 puntos básicos en comparación con los homónimos mexicanos, cuando hace sólo un año los seguros sobre la deuda mexicana estaban 0’29 por encima de los bonos brasileños. Esta subida se debe a la previsión de aumento del gasto público por el principal candidato a presidente brasileño, Dilma Rouseff, lo que debilitará los fondos públicos y la capacidad de pago de la deuda.

Las próximas elecciones brasileñas, que se celebrarán en octubre, disparan los precios de los seguros de impago de la deuda, ante la previsión de un aumento del déficit público. Los SCD brasileños se sitúan dos puntos básicos por encima de los mexicanos, cuando hace solamente un año la deuda de México era de 29 puntos básicos por encima de brasileña. Un punto básico equivale a 1.000 dólares (770 euros) anuales en un contrato de protección de una deuda de 10 millones de dólares (770 millones de euros).

El aumento del costo al asegurar la deuda brasileña está directamente relacionado con la política que pretende llevar a cabo el nuevo presidente. Y es que todo parece indicar que el próximo mandatario brasileño será Dilma Rouseff, actual ministra de la Casa Cívil y mano derecha de Lula da Silva, la la que las encuestas le dan un 39% de apoyo electoral, según un sondeo realizado por Ibope del 2 al 5 de agosto. Su opositor, José Serra, ex gobernador de Sao Paulo, consiguió 5 puntos menos, con un apoyo total del 34%.

La subida de los SCD radica en que Rousseff se comprometió a recortar las tasas de los impuestos y a «seguir cambiando con más crecimiento e inclusión social» cuando fue confirmada, el 13 de junio, como la candidata de Lula por el Partido de los Trabajadores.

El aumento del gasto público prometido por Rousseff implicará un aumento del déficit público, lo que conllevará a una disminución del presupuesto del Estado. La reducción de fondos públicos hace preguntarse a los inversores si podrán pagar la deuda, lo que provoca la actual subida de los SCD.

El déficit presupuestario aumentó hasta el 3,4 % del producto interno bruto en junio, cuando en octubre del 2008 la cifra era del 1,3%, el dato más bajo desde al menos 1995, según el banco central. El déficit de Brasil es casi un punto superior al mexicano, el cual se sitúa en un 2,5%, según las previsiones para este año.

Pero el riesgo de impago de los bonos de Brasil puede disminuir en relación a los de México, en el caso de que la reactivación económica en los EE.UU. se quede estancada.

Brasil cambió la metodología que utiliza para calcular su objetivo de superávit presupuestario primario excluyendo los pagos de interés el mes pasado, pero según Nick Chamie, jefe de investigación de mercados emergentes en RBC en Toronto, Rousseff tendría que revertir esta medida para mantener bajos los costos de seguro de la deuda de Brasil.

En el mercado de bonos, los rendimientos de la deuda brasileña con vencimiento en el año 2019 son menores que los valores de México. Mientras que los rendimientos brasileños son de 3,65%, los mexicanos son de un 3,78%, según datos compilados por JPMorgan Chase & Co.
La calificación de crédito de México es BBB, el segundo nivel más bajo de grado de inversión, el cual sigue estando un escalón por encima de Brasil, incluso después de que Standard & Poor’s lo bajara en diciembre de BBB +, debido al preocupante aumento de la brecha presupuestaria. Por otro lado, la calificación Baa1 de México que le proporciona Moody’s Investors Service es de dos niveles por encima de Baa3 de Brasil.

Por último, resaltar que la economía de Brasil, la más fuerte de América Latina, crecerá un 7,1% este año, siendo este una cifra muy superior en comparación con la expansión de 4,5% en México, el cual es el segundo país más grande de la región, de acuerdo con la sede del Fondo Monetario Internacional en Washington.

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