“La UE fue despiadada con Grecia y es ridícula con AstraZeneca”

Entrevista a Iñigo Errejón

“La UE fue despiadada con Grecia y es ridícula con AstraZeneca”

El líder de Más País sostiene que “trabajar más horas no es trabajar mejor” y defiende una jornada laboral a cuatro días, lo que se ensayará en un proyecto piloto en España.

Íñigo Errejón

El líder de Más País, Íñigo Errejón, no entiende la actitud de Europa ante los órdagos de AstraZeneca con la vacuna del covid-19. “Es una humillación ver cómo torea un poco a la UE” al incumplir, por ejemplo, los plazos o las entregas de dosis. El diputado recuerda que no hizo lo mismo en ocasiones pasadas. “Contra Grecia la UE se puso durísima, eran los más arrogantes, y resulta que llega AstraZeneca y se ríe de la UE”, destaca en una entrevista a EL BOLETIN, en la que defiende la creación de una farmacéutica pública. También explica el proyecto piloto para ensayar la jornada laboral de cuatro días en España.

-¿En qué consiste el acuerdo al que ha llegado con el Gobierno para reducir la jornada laboral?

Se están diciendo muchas barbaridades que no tienen nada que ver con el acuerdo al que hemos llegado. Más País se presenta a las elecciones con una propuesta de reducción de jornada laboral a cuatro días a la semana o 32 horas para la conciliación, para aumentar la productividad y reducir la huella ecológica. Creemos que en realidad trabajar más no es sinónimo de trabajar mejor y que trabajadores más descansados, con más salud y más creativos pueden ser más productivos. Hay que ayudar a que la competitividad no sea cargándola siempre sobre las espaldas y la salud de los trabajadores. Lo propusimos como enmienda en los Presupuestos, que generó un intenso debate, aunque el Gobierno no la aceptó. De repente el Gobierno necesitaba nuestro apoyo para sacar el decreto de los fondos europeos y dijimos que estaría muy bien que sirvieran también para un proyecto piloto de innovación en las empresas…

¿En qué consiste? Algunos sectores de la derecha dicen que me dan 50 millones de euros, como si me hiciera un Bizzum. Lo que ponemos en marcha es un proyecto piloto nacional de 50 millones, que es lo que cuestan dos kilómetros del AVE, para que las empresas que quieran y se acojan a él, reciban ayudas para poder reducir la jornada de sus trabajadores sin coste salarial para los trabajadores. Tampoco para la empresa. La idea es ayudar el primer año, el segundo un poco menos y el tercero lo mínimo imprescindible para que la reducción de la jornada se pueda financiar sola. Hay varias empresas que lo están probando por su cuenta. Se trata de una reducción de jornada sin coste para los salarios.

Creemos que es bueno por salud. A la gente no le da la vida y nos hemos acostumbrado a normalizarlo, como si fuera normal que la gente tuviera que tomar permanentemente pastillas para dormir y luego café para despertarse y luego ansiolíticos los fines de semana. No es normal. Hace 100 años trabajábamos 12 horas y se consiguió la jornada de 8 horas. Hoy producimos más que hace 100 años. No por el aumento de horas, lo importante es el conocimiento y la tecnología. El segundo es por medio ambiente: hay que reducir los desplazamientos y nuestro impacto en el planeta. El tercer motivo es por una razón democrática: nadie es libre si no tiene tiempo. Si se te va la vida en sobrevivir no tienes tiempo en preocuparte de nada más. Participas menos, eres menos ciudadano. Y en último lugar, por la productividad. Hay veces que cuando llevas 6 o 7 horas estás muy cansado y no lo vas hacer tan bien como al día siguiente, y lo dejas para mañana.

-¿Cuántas empresas se podrían acoger? ¿En algún sector podría darse más que en otro? ¿Aumentarían los contratos?

Depende del tamaño de las empresas. Si lo haces con dos muy grandes pues ya está, pero si lo haces con pequeñas puedes acoger a muchas más. La ratio depende más bien de los trabajadores. Tenemos que diseñar con Industria a qué sectores nos vamos a dirigir y con cuánta cuantía en cada uno. Sobre los costes salariales, mucha gente pregunta que “si trabajamos más horas me pagan menos”. El proyecto piloto es reducción de jornada sin reducción salarial. ¿Puede funcionar en todos los sectores a la vez? Te confieso que mi idea inicial es diferente de la que luego he ido desarrollando con las empresas que están en la campaña 4suma, que están ya poniendo en marcha este proyecto. He conocido empresas de software, fotovoltaicas, pero también de hostelería aquí en Madrid.

Ayuso quiere ser Casado y utiliza la Comunidad para hacer oposición a Sánchez

Cuando hablas con empresarios algunos solo hablan en términos de beneficios. Solo un mal empresario no sabe que trabajadores más felices son trabajadores más productivos. Hoy en día cada vez hay más trabajos que dependen más de nuestra creatividad y de nuestras ganas que de nuestro número de horas, y esto no es una cosa de coaching ni de tazas de Mr. Wonderful. También tiene que ver si tienes tiempo para estar con tu pareja, con tus hijas. No pretendemos imponérselo a nadie, sino que tenga un acompañamiento.

Sobre la posibilidad de liberar para que trabaje más gente, como sociedad tenemos una contradicción. Cada vez hace falta menos trabajo y eso en lugar de que trabajemos todos menos horas hace que trabajen cada vez más horas menos gente. Esto se ve en el debate de las pensiones. Cada vez hay más jóvenes que no pueden entrar en el mercado laboral y a los mayores cada vez se les deja salir más tarde. Gente con 60 y muchos a la que no les dejas jubilarse y sus hijos a los que no les dejas entrar en el mercado laboral.

-¿Esperan tener el apoyo de empresarios y sindicatos? ¿Con unos será más fácil que con otros?

Hay que quitarse bastantes prejuicios desde posiciones de izquierda con respecto a los empresarios. A veces unos pocos empresarios muy grandes hablan en nombre de absolutamente todos, y hay más diferencias entre empresarios muy pequeños y muy grandes que entre muy pequeños y trabajadores. El otro día el Congreso aprobó 1.350 millones para los grandes bancos en la indemnización para el Castor. Alguien dirá que es para las empresas, pero no son 1.350 millones para los hosteleros ni para quien tiene un taller. Al pequeño empresario se le está cuidando mucho menos de lo que se le debería de cuidar y es una política un poco torpe porque las empresas que se cierren va a ser mucho más difícil que se vuelvan a abrir. Es más barato sostener que volver a construir.

Me espero posiciones muy diferentes. En primer lugar, porque es un proyecto voluntario. Si usted tiene una empresa y no lo quiere probar, no lo haga, ya habrá otras que lo prueben y con números iremos a demostrar que tiene buenos resultados para la salud, pero también para la cuenta de la empresa. Creo que es una discusión que ha venido para quedarse.

-Se trata de un programa piloto de tres años, ¿tras esto espera que se generalice?

Hay que tener la experiencia, el acompañamiento y la evidencia empírica de cómo ha funcionado. Con eso explicar que pusimos en marcha un programa piloto con estas empresas, se ha utilizado para esto y los resultados son estos. Estoy convencido de que los resultados van a ser buenos. Hay mucha gente que tiene por lo general una mentalidad muy opuesta al cambio, la creencia de que todo cambio va a acabar empeorando las cosas. A ellos les diría que en términos históricos no se ha caído el mundo. Sostengo que trabajar más horas no es trabajar mejor, es más útil trabajar mejor y que incluso los capitalistas más pioneros lo saben y lo ponen en marcha. España es de los países en los que los trabajadores echan más horas de toda la media europea y no somos de los más productivos. No vamos a competir por estar más horas atornillados a la silla, sino por hacer las cosas mejor.

 

-La iniciativa saltó en el debate sobre los fondos europeos, votación en la que la abstención de Vox fue clave. ¿Qué le parece?

El Gobierno está cometiendo un error permanente de semana en semana, que es que se cree que tiene mayoría absoluta y no la tiene. Como el Gobierno tiene muchas discusiones en su seno, a menudo creen que cuando solucionan las discusiones dentro ya tiene la mayoría y están muy lejos, tienen 155. Tienen que aprender a negociar y tratar bien a los socios. No se basta por sí mismo, con sus votos Pedro Sánchez no sería presidente, es gracias a que muchas fuerzas diferentes dimos nuestro apoyo. Y salió por los pelos. Quiero decir que tiene que ser más cuidadoso y más respetuoso. Tiene que llamar antes, tiene que negociar las cosas y no puede dar las cosas como si fueran lentejas. Se ha acostumbrado a hacerlo así durante un año y ha confundido lealtad con entrega. Creo que confundió nuestra lealtad respecto al estado de alarma con un voto gratis garantizado. Solo lo ha entendido cuando se ha encontrado con ‘noes’.

Cuando no cuida los apoyos se ve en la situación de que el decreto salió por la abstención de Vox. Esto debería ser una luz roja en el tablero de mandos del Gobierno, alguien debería decir que esto va mal. Ya le pasó con el decreto sobre los ayuntamientos. También una señal de que el decreto no iba muy bien encaminado, porque si era muy progresista no se entendería mucho la abstención.

-¿Sigue España un paso por detrás del virus?

Sí, solo que con un matiz. España va siempre un paso o dos por detrás del virus, pero esto tenía una disculpa hace un año, porque nadie sabía lo que esto era. Creo que no sabíamos a lo que nos enfrentábamos, pero un año después sí lo sabemos. Tenía un pase que se reaccionara tarde en febrero o marzo. Ahora bien, ¿un año después tiene un pase que sigamos cometiendo los mismos errores? ¿Que nadie planificara la vuelta al cole en septiembre? ¿Que nos metiéramos en el debate sobre salvar la Navidad en lugar de salvar vidas?

-Hemos pasado de hablar de salvar la Navidad a salvar la Semana Santa, ¿podría llevar a una nueva ola?

Enero ha sido un mes muy duro y tengo que decir que me ha empezado a tocar especialmente cerca, mucha gente ha estado mala, mala. Inés Sabanés está con covid, Rita Maestre ha estado con covid y familiares míos también. Una buena parte de lo que nos ha pasado en enero ha sido el resultado del debate criminal sobre salvar la Navidad. Es insensato y es intolerable. Después de que enero haya sido un mes tan doloroso, con esos datos, que haya quien pretenda abrir el debate de salvar la Semana Santa me parece una cosa fuera de toda lógica, fuera de toda tolerancia. Lo que hay que salvar son vidas. Es mejor tomar medidas duras antes que estar con esta especie de ahora abro un poquito, ahora vuelvo, y de generar falsas expectativas. A veces es mejor no agradar que generar falsas expectativas. Las medidas de restricción se van a poder levantar dependiendo del ritmo al que vacunemos y todavía vamos muy mal. Si alguien quiere saber si vamos a poder salvar la Semana Santa, pues depende de a qué velocidad y con qué eficacia se vacune. Hasta que no haya un porcentaje de vacunados que asegure una cierta protección de grupo no se va a poder.

Ahora es cuando vemos que los recortes en Sanidad son absolutamente criminales. Este es el debate fundamental. Los datos del paro son malos, pero no van a mejorar hasta que no haya campaña de vacunación. El debate entre economía y salud es falso.

-¿Se sigue primando la economía sobre la salud en algunas regiones?

He oído decir a Ayuso que los hosteleros son muy importantes y que hay que darles ayudas. Pues dalas. Es que la Comunidad de Madrid no da ni un euro de transferencia directa a los hosteleros. El Gobierno nacional tampoco. Los hosteleros no necesitan que les des consejos, necesitan transferencias. ¿Quieres salvar a la hostelería? Deja de elogiarla, dale dinero. Estamos hablando de bares familiares. Esa gente necesita ayudas directas. En Alemania les han dado hasta el 75% de lo que facturaron el año anterior.

Abrimos el año discutiendo sobre las paguitas y había mucha gente que se puso muy digna diciendo que no querían paguitas. Ahora, cuando la situación es muy dura, nos damos cuenta que hace falta que el Estado sostenga a muchas empresas porque si cierran levantarlas va a ser muy difícil. Espero que los que llamaban paguitas a las ayudas a los más pobres rectifiquen, porque solo el Estado tiene capacidad para sostener a muchos sectores fastidiados. Para eso necesitamos recaudación fiscal, que los que más tienen aporten un poquito más.

Este año de pandemia nos ha enseñado que cuando todo lo demás falla lo único que responde es lo público, que es un tesoro que hay que cuidar. Un ejemplo es la vacuna. Para que funcione nos tenemos que vacunar todos. Si en lugar de ser un servicio público fuera una mercancía que se vende y solo la pudieran pagar los que tienen dinero nunca erradicaríamos el virus. Solo nos salvamos juntos.

-¿Y liberar las patentes de las vacunas?

Es profundamente ineficaz que no se liberen las patentes. La única liberación que podemos tener del virus, la única forma de salvarnos, es conseguir erradicar el impacto del virus. No erradicarlo en un trocito de tierra. Es inhumano que haya quien esté pensando que “aguanto y retengo la patente luego me la van a tener que comprar más cara”. Como humanidad no deberíamos permitir que haya quien especule con la vida de otros. Es inconcebible que la humanidad tenga la capacidad de desarrollar una vacuna en tan poco tiempo y no asegurar sistemas sociales para que miles de personas no mueran.

-¿Se necesita una farmacéutica pública? ¿Apoyaría una nacionalización?

Es una humillación ver cómo AstraZeneca torea un poco a la UE: incumple los plazos y no entrega las suficientes vacunas. La UE se puso durísima cuando un gobierno patriótico y democrático en Grecia exigió renegociar la deuda antes de que la deuda asfixiara a su país. Dijo déjenos crecer un poco, porque si no, no podemos pagar. Contra Grecia la UE se puso durísima, eran los más arrogantes, y resulta que llega AstraZeneca y se ríe de la UE. La UE fue despiadada con Grecia y es ridícula con AstraZeneca. Si una pequeña empresa o un autónomo se saltara la ley, ¿qué le pasa? Pues que le crujen. Y si se salta la ley AstraZeneca, ¿por qué no se le cruje? ¿Por qué no se interviene esas vacunas?

Esto demuestra la necesidad de crear una farmacéutica pública, pero no para sustituir el mercado. Necesitamos medidas contra los monopolios y eso es una farmacéutica pública que ayude a retener talento, a tener soberanía tecnológica y a garantizar que no se especula con la vida. Quiero que opere una farmacéutica pública que garantice que pone precios competitivos y que ayude a que cuando algo da beneficios también lo genera para lo público. No sé en qué momento nos han colado la idea de que lo público solo está para pagar, que no puede generar beneficios. Hay algunos a los que les gusta lo público solo como una especie de Estado pagafantas: si la cosa va bien el beneficio solo es para lo privado, pero si va mal tranquilo que está papá Estado y te cuida. Si da beneficios una vacuna, por qué no hay una farmacéutica pública que pueda usarlos en contratar más beneficios o ayudar a la sanidad pública.

No vamos a competir por estar más horas atornillados a la silla, sino por hacer las cosas mejor

-Respecto a las restricciones, ¿no es perjudicial este abanico de medidas que hay en España? La Comunidad de Madrid ha ampliado el número de comensales en las terrazas…

Madrid tiene unos números muy malos y los tiene porque no tiene un gobierno. Ayuso no quiere ser presidenta de la Comunidad de Madrid, quiere ser Casado y le quiere hacer oposición a Sánchez. Utiliza la Comunidad para hacer oposición a Sánchez. Lo que debería estar haciendo es, en lugar de maltratar a los profesionales de la Sanidad, preocuparse por la salud de los madrileños. Pero eso no es lo que le preocupa. Tampoco la economía de los madrileños. Le preocupa hacerle oposición a Sánchez. Está en su derecho, si quiere ser Casado está en su derecho, pero desertar del puesto de uno en este momento no está bien. Y lo digo de Ayuso, pero también del exministro de Sanidad, Salvador Illa, que dejó el cargo para ser candidato.

El baile de restricciones tiene otro efecto, que es que los ciudadanos no sepan a qué atenerse, que la gente no sepa. Y esto provoca que se las tomen menos en serio y se enfaden más. El estado de alarma nacional debería homogeneizar más las condiciones. Ha habido comunidades que han querido ser todavía más cuidadosas frente al virus, como Castilla y León o la Comunidad Valenciana, y no han podido. Y otras que, sin embargo, son el 13 Rue del Percebe, como la Comunidad de Madrid, y sobre las que el Gobierno no dice nada.

El Gobierno nacional no homogeneiza más los criterios porque les está devolviendo la patata caliente a las comunidades. Están en una guerra de ‘hazlo tú, no, hazlo tú’. Una partida de ping-pong que se está librando en un momento dramático para la salud. El Gobierno debería reelaborar el estado de alarma con unas condiciones que se han quedado atrasadas. No lo ha hecho porque está esperando a que pasen las elecciones catalanas y eso es peligroso. Últimamente las elecciones se repiten mucho y mientras haya negociaciones, ¿tampoco las van a tomar? Me da pavor entrar a finales de marzo discutiendo sobre salvar la Semana Santa. Habría que reformar el decreto de alarma, que se pensó en otras condiciones.

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