La subida del petróleo amenaza con disparar aún más la inflación y hacer descarrilar a la economía

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La subida del petróleo amenaza con disparar aún más la inflación y hacer descarrilar a la economía

Cada aumento de 10 dólares por barril de petróleo resta unos 0,2 puntos porcentuales al crecimiento mundial, según Oxford Economics.

Extración de petróleo

Extracción de petróleo

La subida en el precio del petróleo, que enfila ya los 100 dólares el barril ante la crisis en Ucrania, amenaza con asestar un doble golpe a la economía mundial, reduciendo las perspectivas de crecimiento y disparando la inflación. Un quebradero de cabeza más para los bancos centrales, que tratan de contener la subida de los precios sin afectar a la recuperación tras la pandemia.

El barril de Brent ha llegado a situarse esta mañana en los 96,09 dólares, su precio más alto desde finales de septiembre de 2014. En el caso del petróleo West Texas, el precio del barril se situaba en 94,94 dólares. En lo que va de año, el Brent se ha encarecido más de un 21%, mientras que el West Texas lo ha hecho un 26%.

Según el modelo Shok de Bloomberg Economics, una subida del crudo hasta los 100 dólares a finales de este mes, frente a los 70 dólares del cierre de 2021, elevaría la inflación en aproximadamente medio punto porcentual en EEUU y Europa en la segunda mitad del año.

Los analistas de JP Morgan Chase van más allá en sus pronósticos, y alertan de que una subida a 150 dólares el barril casi paralizaría la expansión mundial y haría que la inflación se disparara por encima del 7%, más del triple de la tasa que pretenden la mayoría de los responsables de la política monetaria. “La crisis del petróleo se suma a lo que ahora es un problema de inflación más amplio”, señala a Bloomberg Peter Hooper, antiguo funcionario de la Reserva Federal y actual director mundial de investigación económica de Deutsche Bank. “Hay una posibilidad decente de que se produzca una desaceleración significativa del crecimiento mundial” como resultado.

El petróleo ha subido un 50% con respecto a hace un año, en el marco de un repunte más amplio de los precios de las materias primas que también ha afectado al gas natural. Detrás de esta subida están el aumento de la demanda mundial tras los confinamientos, las tensiones geopolíticas –con mención especial para Ucrania- y los problemas en la cadena de suministros.

Aunque los países exportadores de energía se benefician de esta subida, y la influencia del petróleo en las economías ya no es la de antes, gran parte del mundo se verá afectada por el aumento de las facturas de las empresas y los consumidores y por la reducción del poder adquisitivo debido al encarecimiento de los alimentos, el transporte y la calefacción.

“Una subida rápida y continuada puede aumentar el riesgo de que se produzcan condiciones similares a la recesión en algunos países, especialmente si la política fiscal también se endurece notablemente”, avisa Priyanka Kishore, de Oxford Economics, que calcula que cada aumento de 10 dólares por barril de petróleo resta unos 0,2 puntos porcentuales al crecimiento mundial. “Esperemos que esto no sea la gota que colma el vaso”, añade.

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