La resistencia de Europa a cerrar las centrales de carbón pone en entredicho los objetivos climáticos

Energías renovables

La resistencia de Europa a cerrar las centrales de carbón pone en entredicho los objetivos climáticos

La instalación de renovables sustituye esencialmente a las centrales de gas en plena escalada de precios, mientras los países se resisten a cerrar las de carbón.

Gas emisiones

Emisión de gases

La energía renovable recién instalada en la Unión Europea durante el pasado año sustituyó principalmente a la costosa energía de gas en lugar de la más contaminante basada en el carbón, según un análisis realizado por Ember, ‘think tank’ independiente centrado en la transición ecológica. Además, la instalación de renovables no alcanzó lo necesario para limitar el calentamiento global.

La energía de carbón en Europa se redujo solo un 3% en 2021 en comparación con los niveles previos a la pandemia de 2019, mucho menos que la caída del 29% registrada entre 2017 y 2019, según los cálculos de Ember recogidos por Financial Times. El combustible contaminante representó el 15% de la generación de electricidad de la UE el año pasado, frente al 22% de 2017.

En la primera mitad de 2021 -antes de que la crisis de suministro hiciera subir el precio del gas- las renovables recién instaladas sustituyeron predominantemente al carbón y a la energía nuclear. Pero a partir de julio, la nueva energía limpia sustituyó casi exclusivamente al gas.

Las emisiones del sector eléctrico de la UE, causantes del cambio climático, tendrían que reducirse un 6% al año para alcanzar el nivel neto cero necesario para 2035, pero se estaban reduciendo a la mitad de ese ritmo, según estimaciones de Ember.

“La actual crisis del gas debería ser una gran llamada de atención”, explica Charles Moore, autor del informe. “Tanto el carbón como el gas tienen que desaparecer; y rápido”.

En concreto, “es necesario actuar para garantizar que la eliminación del carbón en Europa siga su curso”, según Moore. “La legislación es la única forma de garantizar el cierre de las centrales de carbón para 2030. La volatilidad de los precios del gas ha dejado claro que no se puede confiar sólo en las fuerzas del mercado”.

Los combustibles fósiles representaron el 37% de la producción de electricidad de la UE en 2021, frente al 39% en 2019. Las energías renovables generaron otro 37%, y la nuclear representó el resto.

A medida que los precios del gas subían, los generadores de electricidad trataban de sustituir el combustible fósil por las energías renovables. Sin embargo, los precios subieron tanto que a los generadores de electricidad les resultó más rentable pasarse al carbón, aunque eso significara que tenían que comprar más derechos de emisión a precios más altos en el marco del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE.

Los derechos de CO2, que permiten al titular emitir una tonelada de carbono por cada crédito, casi se han triplicado en el último año hasta alcanzar unos 90 euros por tonelada de carbono.

Según el análisis de Ember, la ralentización de la eliminación del carbón significa que las emisiones del sector eléctrico de la UE no están en camino de limitar el calentamiento global a 1,5C por encima de los niveles preindustriales.

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