“Hasta septiembre, uno de cada diez dólares en entradas de bonos globales se destinó a ESG este año”, señalan los expertos. “Pero las diferencias regionales son marcadas: en Europa occidental es 6,3 por cada diez dólares, y para los mercados emergentes es 2,5 por cada diez dólares. Estados Unidos sigue rezagado, ya que solo el 4% de las entradas de fondos estadounidenses en 2021 se destinaron a ESG”.
“Vemos espacio para crecer”, señalan además estos expertos. “Los activos bajo administración en 900 fondos de bonos ESG globales ascendieron a 500.000 millones en septiembre, y los activos ESG han estado creciendo a 2,5 veces la tasa de los activos no ESG”.
Además, BNEF estima que la inversión necesaria en suministros de energía e infraestructuras para abordar el cambio climático es de hasta 173 billones de dólares hasta 2050, o 5,8 billones de dólares anuales. Esto se compara con unos 1,7 billones de dólares que se invierten actualmente sobre una base anual, señala BofA Global Research. La inversión masiva deberá provenir de una combinación de deuda soberana, deuda de agencias y supranacional, préstamos bancarios y bonos corporativos, así como inversiones de capital e inversiones privadas.
¿Un green washing masivo?
Pero no es oro todo lo que reluce. De acuerdo con InfluenceMap, el 55% de los fondos climáticos y el 70% de los fondos ESG están desalineados con los objetivos del Acuerdo de París, se hacen ecos los analistas. Además, dado el aumento en los productos financieros ESG, los reguladores globales están acelerando la revisión de las declaraciones de sostenibilidad para el cumplimiento de la ley actual.
“Creemos que los inversores deberían reconsiderar sus criterios ESG y ser más cautelosos al hacer afirmaciones sobre inversiones verdes / sociales a la luz de las recientes controversias en torno al uso exagerado de la inversión sostenible”, avisa Bank of America.
En la Unión Europea, los reguladores están preparando una normativa más estricta en materia de ESG para evitar el green washing, recuerdan los expertos, mientras que la SEC y el regulador alemán ya han abierto investigaciones por malas prácticas.
“Los reguladores, no solo en la UE, sino también en Reino Unido, EEUU y Asia, están intensificando la revisión de las declaraciones de sostenibilidad / ESG. Se están preparando regulaciones ESG más estrictas para combatir las afirmaciones falsas de ESG, comúnmente conocidas como green washing”. “Creemos que las empresas están reconsiderando sus criterios de inversión sostenible y, teniendo en cuenta los riesgos para la reputación, deben ser más cuidadosas al hacer afirmaciones sobre inversiones ecológicas y sociales”, concluyen.
