Al acto ha asistido la presidenta de la cámara, Meritxell Batet, quien ha definido el acceso a la vivienda y al empleo como los “principales escollos” de la población menor de 30 años para poder salir de la casa de sus progenitores. “Los jóvenes son la renovación generacional que permite avanzar como sociedad”, destaca Batet. Y ofrece el parlamento como el lugar para apostar por el futuro de este colectivo por medio de políticas públicas.
“Es necesario nombrar la precariedad”, concreta Margarita Guerrero, portavoz del CSE. Para ella, los jóvenes han sido el segmento de la población que más ha sufrido la crisis económica derivada de la pandemia del covid-19. “Somos líderes en paro y cuando existe trabajo es temporal y precario”, denuncia. El CSE establece que 1 de 3 personas menores de treinta está en riesgo de pobreza. “Tenemos sueños pero la realidad no nos los permite”.
La tasa de emancipación fue creciendo hasta alcanzar su punto máximo en 2007 con un porcentaje de 26,1%. Ahora, con dos crisis de por medio, la tasa se sitúa en el 15,8%, la más baja desde 1999. En cuanto al año 2019, la tasa ha caído 2,9 puntos, llegando en algunas Comunidades Autónomas más alta, como el caso de Asturias (5,3) y Castilla-La Mancha (4,5).
“El empleo y la emancipación no es que sea causa y efecto”, matiza el sociólogo Joffre López Oller, uno de los investigadores del estudio. En 2020 los jóvenes que tienen trabajo y se han ido de casa de sus padres es del 35%, un dato también a la baja, ya que en 2008 era del 29%.
Más jóvenes desempleados que los que muestran los datos del paro
La tasa de paro es el porcentaje de la población que busca un trabajo de forma activa, pero según el sociólogo López, ignora a aquellas personas que ya se han rendido en su búsqueda, y han optado, por ejemplo, por volver a estudiar, o aquellas que han conseguido un empleo, pero que no se ajusta a sus necesidades. El paro juvenil en 2020 era del 30,2%, el segmento de edad con mayor tasa. Y además, el 52% de los empleos de estos jóvenes son temporales y el 21% son parciales, lo que dificulta la proyección en futuro de los mismos.
Por ello, el vicepresidente del Consejo de la Juventud de España, Adrià Junyent Martínez, pide una reforma laboral que reduzca los contratos temporales y que ajusta el sistema de prácticas en las empresas. Sin olvidar, el aumento de inspecciones de trabajo para evitar incumplimientos de la ley. Además, ve necesario la eliminación de las barreras de edad que tiene el Ingreso Mínimo Vital, que impide a los jóvenes menores de 23 años acceder al mismo y que exige a los mayores de esa edad haber vivido emancipados durante tres años y doce meses de cotización en la Seguridad Social.
Ni alquilar ni comprar
El salario actual de los menores de 30 años gira en torno a los 940 euros al mes. Por ello, desde el CJE no ven posible que puedan acceder a la compra de una vivienda, pero tampoco les permite alquilar un piso para ellos solos. Estiman que el 91% del salario de estas personas es destinado a la vivienda, lo que hace que tengan que recurrir a compartir piso, lo que puede retrasar sus proyectos.
“Ante la emergencia habitacional que estamos viviendo hay que responder de manera contundente. El acceso a la vivienda es uno de los mayores problemas de nuestro país”, establece Adrià Junyent Martínez. Pide que se responda desde las instituciones de manera “contundente”. “Hay que regularizar el precio de los alquileres y aumentar el parque público de viviendas. Sólo el 1,6% de los españoles son beneficiarios de un alquiler social”, finaliza.
