Lucas Papademos, el primer ministro griego, se encuentra solo frente a las exigencias de Bruselas. Aunque el líder ha dado un ultimátum -que vence en unas horas- a los tres grandes partidos políticos del país (socialdemócratas, conservadores y ultraderechistas) para que se pongan de acuerdo en aprobar las nuevas medidas de austeridad exigidas por sus socios europeos, no parece que éste vaya a cumplirse.
«Nos están pidiendo más recesión. Y yo lucho contra ello», criticó el líder del partido conservador Nueva Democracia (ND), Antonis Samarás, nada más salir de la reunión de cinco horas celebrada este domingo en Atenas para abordar la cuestión. «Yo no contribuiré a que estalle una revolución que haría arder Europa», explicó por su parte Yorgos Karatzaferis, el presidente del ultraderechista LAOS.
Por su parte, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), que es el partido de Yorgos Papandreu y la mayor formación parlamentaria, deberá estudiar las medidas exigidas por la troika -así se conocen a los prestamistas de Grecia- en su Consejo Político, ya que actualmente el partido se encuentra sin un liderazgo claro y sumido en luchas intestinas por la presidencia.
Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) como Bruselas han exigido a Grecia nuevos paquetes de austeridad para reducir el gasto público en torno al 1,5% del PIB y otra serie de medidas entre las que se incluye la recapitalización de la banca. A cambio, Atenas podrá aspirar a conseguir un nuevo rescate cifrado en 130.000 millones de euros que podrá utilizar para afrontar sus vencimientos de deuda.
Mientras tanto, en los mercados corría el rumor de que, al no llegar a ningún acuerdo, Papademos anunciaría oficialmente la quiebra de Grecia. El primer ministro griego ya fue señalado hace unos días cuando surgió el rumor de que dimitiría de su puesto, aunque el líder negó estas informaciones.
