El uso de derivados alcanza un récord histórico dos años después de la caída de Lehman Brothers

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El uso de derivados alcanza un récord histórico dos años después de la caída de Lehman Brothers

El comercio de productos derivados alcanzó los 22.300 millones de dólares en 2010, superando en un 25,6% el volumen registrado el año anterior, coincidiendo con un incremento de las transacciones en el mercado asiático, que ya supera al norteamericano por vez primera. Estas cifras suponen un récord histórico desde que el banco de inversión Lehman Brothers se declarase en quiebra el 15 de septiembre de 2008.

Estos números han regresado al mercado tras la expansión de la crisis financiera global que conllevó la quiebra del gigante de inversión, y a pesar de los esfuerzos anunciados por las autoridades de EEUU y de Europa de regular este mercado, de un carácter muy especulativo. Sin embargo, según el estudio realizado por la Asociación de la Industria de Futuros (FIA, por sus siglas en inglés), los 78 índices que operan con derivados no lograban un crecimiento similar desde el año 2007.

La Bolsa de Corea fue el mercado que más operaciones de derivados registró durante ese periodo, según la FIA. El segundo puesto lo ocupa CME Group, que opera en la Bolsa de Chicago, desbancando así a la Bolsa alemana, Deutsche Boerse, que hace unas semanas anunció su fusión con la Bolsa francoestadounidense NYSE Euronext (que contiene un importante negocio de derivados).

En este contexto, y sin haber todavía tomado medidas drásticas para atajar la especulación, el presidente del Eurogrupo y primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, ha declarado que «no está contento» con el rol que asumen las agencias de calificación -en particular Moody´s, Standard & Poor’s y Fitch- tras la rebaja que anunció de la rebaja en relación a la nota de España por parte de Moody’s.

«En EEUU la gente dice que los mercados financieros no deben ser asesorados siempre por estas agencias», comentó Juncker a los medios de comunicación ayer en Bruselas. La polémica en torno a estas instituciones financieras lleva sobre la mesa de asuntos pendientes de los líderes de la zona del euro desde que la crisis de deuda comenzase su andadura, a finales de 2009. Los países miembros han llegado a plantear una agencia europea institucional alternativa a las tres arriba mencionadas, cuya participación está expuesta en Bolsa y, por lo tanto, su capital se encuentra en manos privadas.

Por el momento, tampoco se ha avanzado en este terreno.

Además, hoy el consejero delegado de Deutsche Bank, Josef Ackermann, ha informado que su salario en 2010 ha sido de 6.300 millones de euros, un 16% menos que el año anterior a causa de los resultados -más discretos- de la entidad que dirige en ese periodo. El banco alemán, el mayor del país por volumen de negocio, ha informado que Ackermann ha recibido además una paga extra de 2.500 millones de euros.

Estos datos surgen cuando la polémica en torno al sueldo de los banqueros en diferentes países europeos es causa de tensión social. Los diferentes reguladores del Viejo Continente aún no han llegado, tampoco, a ninguna conclusión en relación a este asunto. Sí es cierto, no obstante, que en varios países como el Reino Unido ya hay negociaciones en curso entre las autoridades y el sector.

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