Los hombres de Draghi, en conversaciones con el Gobierno italiano para comprar ABS basados en créditos dudosos. El Banco Central Europeo (BCE) está en conversaciones con el Gobierno italiano para la compra de paquetes de préstamos morosos dentro de su programa de compra de activos, así como para su aceptación como colateral a cambio de dinero en efectivo, según ha anunciado el Tesoro italiano y recoge Reuters.
La medida podría dar un gran impulso a una legislación italiana recientemente aprobada y destinada a ayudar a los bancos liberarse de parte de sus 200.000 millones de euros en crédito dudoso para poder conceder crédito nuevo. No obstante, según recuerda la agencia británica, al mismo tiempo puede alimentar el debate en otros países sobre si el BCE estaría tomando demasiado riesgo al aceptar valores respaldados por activos (ABS) en base a préstamos impagados.
Los funcionarios del Tesoro italiano han defendido ante la prensa que la institución que preside Mario Draghi puede aceptar estos títulos como parte de su programa de 1,5 billones de euros de compra de activos o aceptarlos como colateral a cambio de dinero en efectivo dentro de sus subastas de liquidez. El BCE por el momento guarda silencio.
En noviembre del año pasado, una fuente del BCE señaló a Reuters que la compra de titulizaciones de activos morosos podría ser una opción extrema si la situación económica de la zona del euro se convertía en “realmente mala”.
El BCE ha estado comprando un promedio mensual de 1.190 millones de euros en ABS desde noviembre de 2014, aunque preferentemente están respaldados por créditos al corriente de pago. Bajo las reglas actuales, la institución puede comprar estas titulizaciones siempre y cuando tengan una calificación por encima de un umbral determinado, asegurándose así que sólo compra activos de alta calidad.
De seguir adelante con el plan, es probable no obstante que el banco central sólo sea capaz de comprar tramos ‘senior’, que son los últimos en absorber cualquier pérdida si los préstamos no se pagan. Esto limitaría sensiblemente la cartera de ABS italianos que el BCE podría comprar.
