El Parlamento Europeo ratifica a Juncker como nuevo presidente de la Comisión

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El Parlamento Europeo ratifica a Juncker como nuevo presidente de la Comisión

Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea

El candidato conservador a presidir Bruselas, avalado por más de 420 votos a favor, ha cargado en su discurso contra la Troika al tiempo que prometía un plan de inversión público valorado en 300.000 millones de euros. El luxemburgués Jean-Claude Juncker ha sido elegido este martes presidente de la Comisión Europea por el pleno del Parlamento Europeo al conseguir 422 votos a favor, 250 en contra y 47 abstenciones.

Juncker, candidato para el cargo del conservador Partido Popular Europeo (PPE), la formación europea con mayor representación en la Eurocámara en los comicios del pasado 25 de mayo, fue propuesto por los líderes europeos en su última cumbre del 26 y 27 de junio.

Antes de ser ratificado en el cargo por la Eurocámara, el exprimer ministro luxemburgués ha propuesto este martes en su discurso ante la Eurocámara un plan de inversión público-privada en la UE que movilice 300.000 millones de euros en un plazo de tres años para impulsar el crecimiento, el empleo y la competitividad.

La propuesta más concreta de Juncker ha sido ese plan de inversión que debería aprobarse en febrero de 2015, después de recibir las propuestas de los Estados, instituciones europeas y otros organismos. Las inversiones se concentrarán en proyectos de infraestructuras de transporte, I+D, banda ancha, energía y en la reindustrialización de Europa.

«Debe hacerse uso de estos fondos públicos de que disponemos a escala de la Unión para estimular la inversión privada en la economía real», ha indicado, antes de precisar que se necesitan «inversiones más inteligentes y dirigidas al logro de objetivos específicos, menos reglamentación y más flexibilidad a la hora de utilizar estos fondos públicos».

Además, el político luxemburgués ha defendido la creación de «una especie de gobierno económico» de la eurozona, que sirva para coordinar las reformas, y su propio presupuesto, para premiar a los países que las hagan. «Si los Estados miembros hacen esfuerzos particulares, debemos reflexionar sobre incentivos financieros que acompañen este proceso y, en este marco, debemos reflexionar sobre la puesta en marcha de una capacidad presupuestaria de la eurozona», ha sostenido.

También ha dicho que la zona euro debe «dejar de hacer el rídiculo y evitar que una de las monedas más fuertes del mundo esté representada por personas que, a menudo, se contradicen».

El también expresidente del Eurogrupo se ha mostrado crítico con la gestión de la Troika (formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y dijo que en el futuro no se podrán llevar a cabo planes de ajuste «sin medir primero cuáles son las consecuencias sobre la ciudadanía». Además, ha señalado que deberá revisarse el papel de la Troika para hacerla «más democrática y sujeta a escrutinio parlamentario».

Asimismo, Juncker ha reconocido «errores» durante la gestión de la crisis desde Bruselas, aunque los ha justificado por que «se trató de reparar un avión en llamas en pleno vuelo, lo que no es fácil y a veces se queman los dedos».

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