Colocar trozos recortados de un bote de cerveza (o de refresco) alrededor de la antena del ‘router’ puede potenciar la señal a un lugar concreto. La Red está plagada de trucos y consejos para mejorar o ampliar la conexión WiFi del hogar, pero ninguno es tan sencillo, económico y original como el que propone un vídeo de YouTube que ya tiene más de dos millones de visualizaciones: solamente es necesario tener a mano una lata de cerveza.
En realidad lo importante no es el contenido, sino el continente, por lo que valdría también un bote de refresco. Una vez bebido el líquido, lo único que hay que hacer es cortar la lata y colocar los trozos alrededor de la antena del ‘router’.
La clave está en que estas antenas son habitualmente omnidireccionales, lo que significa que envían las señales de Internet a todas las direcciones. Al aluminio con el que está fabricado el bote utilizado actúa de reflector, potenciando la señal a rincones concretos de la casa donde se suelen manejar los dispositivos.
De esta forma, la calidad de la conexión inalámbrica puede mejorar entre dos y cuatro veces a la generada por el ‘router’.
