Estados Unidos desaprovechó la oportunidad de “invadir” a Cuba

Cuba

Estados Unidos desaprovechó la oportunidad de “invadir” a Cuba

El incendio de grandes proporciones en el puerto de superpetroleros de Matanzas fue una ocasión para que EEUU desplegara sus potentes medios militares y técnicos en Cuba.

Incendio en Matanzas (Cuba)

“Era la ocasión para que Estados Unidos desplegara sus potentes medios militares y técnicos sobre la bahía matancera. La zona se hubiese visto inundada de aviones, helicópteros y embarcaciones mostrando banderas norteamericanas, modernas armas dispararían agua y químicos contra el fuego, mientras drones y satélites se hubiesen encargado de reportar la precisión de las acciones para el resto del mundo. Hasta la prensa cubana hubiese informado de la heroicidad mostrada por los “invasores” estadounidenses, así como las expresiones de amistad, admiración y agradecimiento recibidas del pueblo cubano”.

Así lo ha suscrito el profesor Jesús Arboleya, analista experto en las relaciones entre La Habana y Washington, en artículo publicado en Progreso Semanal.

Controvertido tema poco abordado en los medios nacionales y comentado en cada rincón de la isla. Cuando la extinción del incendio en la base de supertanqueros en la bahía de Matanzas, que ya va casi para una semana, marcha en fase final, todo parece indicar que este episodio quedó como bola de ping pong entre ambos países y que ningún gringo se portó por los alrededores salvo los colegas corresponsales que viven en Cuba.

En su artículo, Arboleya le concede varios elementos al hecho por el cual EEUU nunca ha osado atacar militarmente y cita dos fundamentales: temor a la resistencia del pueblo y a la reacción doméstica e internacional. Su me preguntaran, agregaría, a mi juicio, otro de los principales, la cercanía geográfica.

Finalmente, el profesor ha agregado que “se lo impidieron razones de falta de elegancia y estilo. Es evidente que la generosidad y el pundonor no forman parte de las cualidades de los invasores estadounidenses”.

El mérito, una vez más, ha quedado en hispanohablantes: cubanos, mexicanos y venezolanos. Poco o nada agradecer al imperio.

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