El comisario jubilado, y que permanece en prisión preventiva, José Manuel Villarejo ha sido atendido este martes por el Servicio de Neurología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, después de que ayer fuera trasladado a sus instalaciones en ambulancia desde el centro penitenciario de Estremera (Madrid). Sufría una dolencia en un ojo, visión doble, mareos y dolor de cabeza.
Fuentes cercanas al comisario, consultadas por Europa Press, señalan que la decisión de que fuera tratado en Neurología deriva de que los síntomas parecen tener relación con esa especialidad, y que vienen provocados por la hipertensión que padece. Cabe recordar que ese centro hospitalario es el de referencia de los centros penitenciarios madrileños.
Si este martes a primera hora fuentes de la defensa de Villarejo apuntaban que el equipo médico contactaría con la familia del funcionario jubilado, investigado por la Audiencia Nacional en la macrocausa ‘Tándem’, esta tarde la novedad ha sido que ya le han derivado a Neurología.
A primera hora de la tarde de este martes las dolencias continuaban siendo la visión doble, la pérdida de movilidad en el ojo izquierdo, la caída del párpado izquierdo, dolor de cabeza y mareos. El origen, apuntan estas mismas fuentes, podría hallarse en que Villarejo llevaría quince días confinado sin poder salir de su celda ni para realizar ejercicios mínimos, sin calefacción y sin agua caliente.
Denuncian así, que el comisario habría pasado mucho frío, y que para evitarlo habría permanecido día a día acostado en la cama con el edredón, una situación que, dicen, ha podido ocasionar estos problemas médicos.
Se da la circunstancia de que Villarejo estaba citado para declarar de forma presencial y en calidad de investigado en el marco de la pieza separada número 21 de Tándem el próximo viernes 12 de febrero. Esta fecha podría verse alterada por su estado, si bien fuentes jurídicas consultadas apuntan que de momento el Juzgado Central de Instrucción número 6 mantiene esa citación.
El pasado 15 de enero se celebró el primer juicio contra él por un delito de denuncia falsa y otro de calumnias contra el que fuera director del Centro Nacional de Inteligencia Félix Sanz Roldán. Tras la celebración del mismo, en el que declaró como acusado y hasta pidió sin éxito poder ejercer de abogado para interrogar a testigos, el magistrado le absolvió de los delitos que le imputaban.
