Rodríguez Parrilla ofreció una extensa explicación, apoyada en soporte digital y otras fuentes, de la campaña mediática desarrollada contra Cuba a partir de diversas plataformas digitales como SOS Cuba y SOS Matanzas en las que se alteró sobremanera intencional la presencia en las redes y en el hecho de mentir en la gran mayoría de los casos, de que se trasmitía desde La Habana.
Sin embargo, a pesar de reconocer la no marcada diferencia entre la administración Trump y la de Biden, no advirtió la presencia de una crisis bilateral. En varias ocasiones se refirió al nuevo gobierno demócrata como que estaba bajo “un efecto inercial ’y que abrigaba la esperanza de que “actuara con decencia”.
Acerca de un posible paquete de reformas o nuevas medidas a partir de los incidentes callejeros ocurridos en una veintena de puntos de la isla el pasado domingo, no dio a conocer ninguno en específico, sino más bien recordar los planes puestos en marcha en la lucha contra la Covid-19 y las nefastas consecuencias del bloqueo comercial y financiero que EEUU ha impuesto a la mayor de las Antillas.
“Cuba”, dijo, “es uno de los modelos más eficaces de enfrentamiento a la pandemia en el planeta”.
A preguntas de las agencias norteamericana AP y la española Efe relacionados con el silencio en la red de datos celulares en estos días, si se trataba de “un apagón expreso”, el canciller aclaró que la actual situación era considerada muy compleja por deficiencias o limitaciones en otros renglones de mayor importancia como la alimentación, el suministro de medicamentos o combustible. Aún así, dejó por lo claro que “Cuba no iba a renunciar al derecho de defenderse”.
Y casi con carácter inmediato: “En los próximos días interactuaremos aún más con la ciudadanía”.
Otros colegas abordaron el controvertido tema de una posible flotilla que pudiera estar organizándose en la vecina Miami con el objetivo arribar a Cuba con enseres destinados al combate contra el virus, decisión no comentada directamente por el gobierno cubano y que el ministro respondió con un llamamiento a las autoridades estadounidenses en el sentido de que “espero que el gobierno de EEUU sea respetuoso con las leyes internacionales y “que tomen las medidas necesarias para evitar incidentes desagradables”.
La petición o sugerencia de la UE en cuanto a permitir las manifestaciones pacíficas, no recibió otro comentario que aquel de que “he visto acciones en Europa de violencia policial, en capitales europeas” inigualables con las ocurridas aquí consideradas como “moderadas”, sin el uso de fuerzas antimotines y vehículos parecidos a los militares de combate.
