El aceite de oliva sufre una de las peores crisis en las últimas décadas

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El aceite de oliva sufre una de las peores crisis en las últimas décadas

El precio del aceite de oliva virgen extra ha pasado de los 3,57 a los 7,10 euros el kilogramo.

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El aceite de oliva sufre «una de las peores crisis» en las últimas décadas, según analistas de Expense Reduction Analysts (ERA), que explican que una menor oferta de cultivos básicos conduce a un aumento de los precios en el mercado y de los costes de producción.

De hecho, los precios del aceite de oliva virgen extra (AOVE) han aumentado en un 98,8% durante el último año, casi duplicándose, y pasando de los 3,57 a los 7,10 euros el kilogramo.

Además, la escasez de lluvias y el aumento de las temperaturas han jugado un papel clave en la bajada de la producción y según los cálculos de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), se cosechará entre un 50% y un 60% menos de aceituna.

Esta situación afecta también a sectores como la industria alimentaria y la restauración, que están directamente relacionados con la producción agrícola, pues el aumento en el precio de los alimentos puede disminuir la demanda, lo que afectaría a los ingresos y rentabilidad de estos negocios, como han comentado desde ERA.

El socio consultor y ‘co-area developer’ en ERA, Fernando Vázquez, ha comentado que el sector agroalimentario es considerado uno de los más complejos en estos momentos, pues están surgiendo algunos restos emergentes en un período corto de tiempo.

El experto ha destacado que factores externos, como el cambio climático o los mercados internacionales están impactando en las rentabilidad de las organizaciones y dificultando el control de los gastos generales.

Ante la crisis que vive el sector, los expertos de ERA recomiendan diversificar los proveedores y la optimización de la cadena de suministro, pues contar con múltiples fuentes de alimentos y materias primas es «una de las formas más efectivas de sobreponerse a la escasez».

Asimismo, recomiendan un uso sostenible de los recursos naturales para mantener la producción agrícola a largo plazo y la inversión en tecnologías avanzadas, como sistemas de monitores y control automatizado en la producción y el transporte de alimentos.

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