El caso de oleoducto Keystone da munición a los críticos del TTIP

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El caso de oleoducto Keystone da munición a los críticos del TTIP

Oleoducto

La empresa TransCanada se ha escudado en el acuerdo de libre comercio entre EEUU y Canadá para exigir a Obama 14.000 millones de euros de indemnización por la paralización de un oleoducto con petróleo “supercontaminante”. La empresa TransCanada, responsable del oleoducto Keystone XL -que pretendía transportar petróleo desde Canadá hasta las refinerías mexicanas-, ha pedido a la administración de Obama una compensación de 15.000 millones de dólares (casi 14.000 millones de euros) por haber paralizado el proyecto.

El presidente de EEUU, Barack Obama, tomo esta decisión el pasado mes de noviembre con el pretexto de que minaría su lucha contra el cambio climático y no ha sido hasta esta semana cuando TransCanada ha tomado cartas en el asunto. La compañía ha decidido escudarse en el Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano (Nafta, por sus siglas en inglés) y utilizar las vías legales supranacionales para intentar imponerse al gigante estadounidense.

Y este es precisamente el punto que incendia a los críticos del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés). Estos denuncian que este tipo de pactos de libre comercio -como el ya mencionado Nafta, el TTIP o su equivalente entre los países del Pacífico (TPP)- permiten que las grandes empresas puedan emprender acciones legales, a través de tribunales opacos, contra gobierno democráticos.

Este ha sido el caso de la ONG ecologista ‘Friends of the Earth’ o de Greenpeace: “No importa que el objetivo sea evitar el calentamiento global o los impactos ambientales cuando se pone en riesgo una inversión presente o futura de una gran compañía. Teniendo en cuenta que entre las compañías más ricas del planeta se encuentran las vinculadas a las energías fósiles (petroleras, mineras, energéticas,..etc.), no resulta extraño que sean las que más presionan para que los gobiernos firmen este tipo de acuerdos. Al fin y al cabo, son las que luego más rentabilidad y beneficios obtienen”, señalaban estos últimos a través de un comunicado.

Además, desde Greenpeace han explicado que el petróleo que se pretendía transportar es “supercontaminante”. Se trata de un combustible no convencional, que emite un 23% más de gases de efecto invernadero que el petróleo convencional. Este pretendía ser llevado desde las arenas bituminosas de la región canadiense de Alberta, hasta el Golfo de México, donde se encuentran las principales refinerías de petróleo.

Los críticos del TTIP temen que este tipo de acuerdos de libre comercio permitan a las grandes empresas imponerse a las decisiones gubernamentales con la siempre excusa de una inversión monetaria. Esto podría dejar de lado las luchas ecologistas y en pro de los derechos humanos, entre otras.

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