La difícil situación en la que se encuentra CatalunyaCaixa, con su futuro en el aire mientras se espera un profundo recorte en la plantilla de al menos 2.000 trabajadores, ha desatado los nervios entre los empleados de la entidad, al tiempo que ha profundizado la división entre los gestores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y los sindicatos.
La última muestra, según ha denunciado la sección sindical de UGT en una circular, el traslado de los despachos de los miembros del FROB a la primera planta, lejos del “mundanal ruido”.
“Esperamos que sea para que puedan dedicar todos sus esfuerzos a estudiar cómo podemos salir del callejón sin salida en el que nos han metido”, señala el sindicato con ironía, que denuncia además la “prohibición del acceso al edificio de la central de cualquier empleado que no trabaje en el mismo, sin previo aviso”.
A este respecto, el sindicato destaca que todavía no le ha encontrado “una explicación razonable” a esta prohibición, “pero ya estamos hablando con nuestros abogados para ver si ellos la encuentran”.
CatalunyaCaixa recibió 9.080 millones de euros de los fondos aportados por la Unión Europea , que se suman a los 1.780 millones recibidos del FROB 2011 y a otros 1.250 millones en 2010.
A cambio de estas ayudas, la entidad deberá realizar una profunda reestructuración, con un recorte de empleos considerable. El mercado calcula que deberán producirse entre 2.000 y 2.500 bajas, de la actual plantilla conformada por 7.000 trabajadores. La entidad catalana ya acometió en su día un ERE de 1.300 trabajadores, ampliado posteriormente con 330 bajas incentivadas.
