El Consejo de Ministros ha nombrado a Luis Linde nuevo consejero del Banco de España, según ha anunciado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que ha destacado su “acreditada experiencia” en el sector financiero. Con su entrada en el Consejo, Linde se perfila como máximo favorito para suceder a Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente del supervisor.
Linde entra en el consejo de administración del Banco de España, pero no en la comisión ejecutiva, “donde se llevarán a cabo los nombramientos teniendo en cuenta los pactos que han regido la composición de la misma”, ha explicado Sáenz de Santamaría.
El nombramiento de Linde ha sido un secreto a voces durante los últimos días. De hecho, es el máximo favorito para sustituir a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, cuyo mandato como gobernador del Banco de España expira el próximo 12 de julio. De hecho, si finalmente es nombrado miembro de la comisión ejecutiva del Banco de España, como se espera, Linde podría seguir la trayectoria descrita por los dos últimos gobernadores de la institución, Fernández Ordóñez y Jaime Caruana.
El nuevo consejero sustituye en el consejo de administración a Vicente Salas, nombrado a propuesta del PSOE. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya adelantó esta misma semana que tiene los candidatos a próximos gobernador y subgobernador en la cabeza, y que le trasladará su propuesta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
De Guindos dejó claro que ambos cargos deben tener una cualificación profesional absoluta, tanto a escala nacional como internacional, y carecer de involucración política, y aboga por contar con el apoyo del PSOE para su nombramiento.
En ese sentido, según publica Cinco Días, Linde cuenta con el apoyo del PSOE. Este respaldo está pendiente de que el PP y el PSOE lleguen a otros acuerdos, aunque inicialmente el partido socialista considera que Linde cumple con el idóneo para ser gobernador.
Luis María Linde ya fue director general del Banco de España en plena crisis bancaria de los años 90. Desde ese cargo fue protagonista junto con el ministerio de Economía de varias devaluaciones de la peseta y de la crisis de deuda por la que también atravesó España en la última parte del siglo pasado.
