El consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, ha señalado que el banco “no tiene ninguna prisa” en entrar en la compra de caja de ahorros, aunque ha vinculado cualquier interés que pueda tener al “precio”.
En declaraciones a la prensa tras su intervención en el XVIII Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte y ABC, Cano ha apuntado además que no han estudiado la compra de la CAM, “hasta que no lo analicemos, no sabremos si nos puede generar valor”.
Respecto a la posibilidad de que la CAM crease un banco malo con sus activos inmobiliarios en el que se centren las ayudas del FROB, a imagen de lo que anunció ayer Bankia, Cano se ha limitado a señalar que si esas “son las reglas del juego, si vale para una entidad, debe valer para todas”.
El consejero delegado del gigante bancario español considera además que España debe seguir “ahondando en las reformas para generar un entorno favorable al crecimiento y la creación de empleo”. Cano ha reconocido que en 2010 el país tomó medidas en la dirección correcta, con lo que “la incertidumbre sobre el crecimiento dio paso a una recuperación lenta del crecimiento y una mejora de las perspectivas”.
Sin embargo, de cara a este 2011, deben tomarse nuevas medidas que pongan el foco en la “disciplina fiscal” de las comunidades autónomas y en el cumplimiento presupuestario previsto, que “es muy ambicioso“. Por el lado del sector financiero, el consejero delegado ha señalado que el reforzamiento del sistema debe pasar especialmente por la velocidad de la reestructuración de las cajas de ahorros, y prestar especial atención a la sostenibilidad de los nuevos grupos.
En lo que respecta a BBVA, Cano ha señalado que “el banco ha sabido adaptarse al nuevo grupo bancario mundial y se anticipa al nuevo ciclo con un modelo de negocio más rentable, eficiente y resistente”.
La actual guerra de depósitos es incompatible con la sostenibilidad del sector financiero español a medio plazo, ha dicho el consejero delegado. En este sentido, Cano ha defendido que tampoco ayuda nada el spread de la deuda soberana del país, cerca aún de los 200 puntos básico. Este sobrémoste, junto a la competitividad que ha existido por la captación de pasivo minorista, ha provocado que la situación sea “insostenible”, según ha afirmado el consejero delegado, que cree que para que el sector financiero crezca de forma sostenida el diferencial del bono español debe situarse en la zona de los “80 puntos básicos”.
