Deontología de la Criptoeconomía

Tribuna

Deontología de la Criptoeconomía

Los problemas financieros, comerciales y geopolíticos globales, así como Trump ensombrecieron temas como la “regulación” de la Criptoeconomía en la reunión del G20 en Buenos Aires.

Bitcoin y namecoin

Acaba de terminar la tercera reunión del año del G20 en Buenos Aires. El peso de los serios problemas financieros, comerciales, políticos y geopolíticos globales y las «boutades» del Sr. Trump opacaron otros temas de la agenda de este año de tales reuniones, como es el caso de la «regulación» de la Criptoeconomía; asunto que, de nuestro lado, nos ocupa a diario.

El último entrecomillado, por cuanto sostenemos que lo planteado se enmarca en una triada de conceptos (y tareas), que va mucho más allá de riesgos, y soluciones punitivas a ellos, e incluye el desarrollo o fomento de la actividad y el contexto legislativo apropiado a ese fomento.

O sea, que desarrollo, legalidad y regulación son partes de un mismo proceso. Por algo que también sostenemos: el nuevo campo -fruto de una innovación tecnológica- forma parte de un proceso mayor, la llamada Cuarta Revolución Industrial, la cual comporta una masiva disrupción de diversos ámbitos de la realidad, incluido lo institucional, que también debe recomponerse. En esto de cambios mayores globales, o miramos el todo, o nos perdemos en la nada, podríamos perfectamente decir.

«Dado que las criptomonedas son globales por naturaleza, sólo una regulación coordinada globalmente tiene posibilidad de ser efectiva», dijo el Banco de Pagos Internacionales. Lo dijo Basilea, como solemos referirlo los economistas. Lo hizo en junio. Nosotros lo habíamos dicho en abril: hay que democratizar y globalizar la tarea ahora, con base en un esquema general de regulación, una amplia participación de agentes diversos y una especial participación del «criptomundo».

El avance de nuestros trabajos en la materia interescuelas y el Diplomado de nuestra Facultad nos permitió avanzar en la definición del esquema que proponemos. Nuestro «Marco Deontológico de la Criptoeconomía» lo expresa bien: se trata de proclamar «un sencillo, pero ambicioso marco deontológico para el desarrollo, la base legal y la normativa regulatoria de la llamada Criptoeconomía».

Encaja perfectamente con lo que el Foro Económico Mundial (WEF) y nosotros decíamos hace muy poco: «hay la urgente necesidad de determinar las reglas éticas y políticas» que enmarcarán y orientarán el progreso de los nuevos campos y actividades. A eso se dedica, bajo un plan estratégico, nuestro «Grupo de Deontología de la Criptoeconomía», basado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo, en Valencia y Maracay, Venezuela.

La dinámica diaria nos muestra lo que muchos adversarios, conservadores y distraídos no son capaces de observar: una constante y creciente incursión de agentes y agencias económicas convencionales en el mundo de la Criptoeconomía. Hay, sin dudas, un importante transferencia de actividades de la economía convencional a la Criptoeconomía. Igual, para la tranquilidad de los quisquillosos, el rápido desarrollo de soluciones tecnológicas a los temas que generan preocupación, como las ICO o la acción de los pools. Ejemplos son DAICO, creación en curso, de Vitalik Buterin, para el primero de los problemas; o BetterHash Mining, de Matt Corallo, para lo segundo. O la expansión del uso de formas institucionales experimentales para la confluencia de desarrollo y regulación, como las «sandboxes» británicas, el LabCFTC americana, o la Regtech colombiana. Y no digamos, en contra de voces, no sólo agoreras, sino antagónicas, la ya evidente adopción exitosa de la Blockchain como solución a múltiples problemas en diversos campos.

Los prejuicios son malos compañeros. La cortedad de miras, un problema a superar. Desarrollo, leyes y regulación de la Criptoeconomía son hoy una triada coaligada promisoria. En ello trabajamos. Los «estándares internacionales» que invoca G20 deben estar referidos a la triada de nuestra Deontología. Porque es que no se trata sólo de riesgos. También de posibilidades. No es lo mismo evitar lo malo que procurar lo bueno.

***Santiago J. Guevara G., es economista venezolano, experto en Prospectiva, Estrategia y Gestión. Profesor universitario jubilado. Ejerce la Coordinación Adjunta de la Materia Interescuelas de FACES-UC (Universidad de Carabobo) en «Gerencia y Finanzas de Criptomonedas y Criptoactivos» y es facilitador del Diplomado en Criptomonedas del Ceate-FACES-UC. Es líder promotor del «Grupo de Deontología de la Criptoeconomía», basado en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo

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