Cuba no será igual después de este 11-J

Desde el malecón

Cuba no será igual después de este 11-J

La sorpresa no pudo ser prevista y mucho menos abortada de otras maneras.

Cuba La Habana coches

Coches en Cuba.

Tener ahora mismo la categoría de anciano en Cuba, según las normas internacionales, además de  vérselas con los rigores propios de la edad y las críticas circunstancias económicas actuales, implica por otra parte un gran privilegio que no es otro que el de haber visto el nacimiento de la revolución, de ser uno de aquellos niños que, como recuerdo o novedad del momento, le pedían de regalo una bala a las tropas guerrilleras del Che Guevara en camino de tomar la ciudad central de Santa Clara en 1958.

Dicho de otra forma, más coloquial o popular: la fortuna de haber visto la película desde el comienzo.

De entonces hasta acá, la isla y sus gentes no habían vivido tan aciagos acontecimientos como los ocurridos el pasado 11 de julio en muchas ciudades incluida la capital de la nación y que, como es de suponer, hasta tanto no se pongan en justo orden los acontecimientos para su riguroso estudio, cada cual pinta, narra y cuenta lo sucedido a su modo de ver y de pensar. La política llevada a las artes plásticas a golpes de pincel y hasta brochas.

Tantas interpretaciones como muestras en un catálogo multicolor. Nunca mejor expresado porque hay quienes la han “pintado” brillante, mate, satinado y con texturas rugosas, lisas y hasta ásperas, metalizadas y pavonadas.

A una quincena transcurrida, no pocos permanecen en el llamado “shock” que, aunque era de esperar un estallido de esta naturaleza, al decir de un experto local en inteligencia, la sorpresa no pudo ser prevista y mucho menos abortada de otras maneras.

Un ajiaco, plato tradicional cubano que admite numerosos ingredientes cuando se trata de masivos comensales, ha sido lo sucedido cuando estalló la revuelta en la cercana ciudad de San Antonio de los Baños, a unos 40 km de la capital.

En ese caldero de inconformidades, unas alentadas desde el exterior y otras de procedencia autóctona, habrá que extraer una muestra y, tal como ocurre con los grandes males estomacales colectivos, llevarla a laboratorio para su meticuloso análisis porque responsables de tamaña indigestión y tratamiento los hay para llenar una sala completa que debe incluir traducción simultánea.

A partir del 11-J, la historia de Cuba tendrá sus novedades. El tan manoseado antes y después.

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