Nonno desafía a la crisis en la Sala Caracol con su rock de combate

El Interludio

Nonno desafía a la crisis en la Sala Caracol con su rock de combate

Entrada del concierto de Nonno

La banda madrileña continúa con los conciertos de presentación de ‘Ego’, su segundo disco, mientras prepara los temas de su próximo álbum. Inconfundible y genuino. Es Ritchie Blackmore, el guitarrista de la formación más clásica de Deep Purple. El ‘MarkII’. Es también el hombre que compuso el riff de ‘Smoke in the Water’, (¡¡¡chan-chan-chan…etc.!!!), quizá las doce notas más interpretadas en la historia de la música, gracias a los millones de aficionados a las seis cuerdas que las han aprendido. Hasta los que no saben tocar. Todo el mundo las ha interpretado alguna vez.

Pero el Ritchie que vemos no es ese Ritchie. Es el Ritchie de los ‘ochenta’. Está ahí frente a nosotros en la pantalla, congelado en un viejo video de Rainbow, su banda de la época. Interpretan ‘I Surrender’ de Russ Ballard, la canción del grupo con la que consiguieron subir más alto en las listas de ventas españolas.

Y, por fin, llega el sólo, muy cerca del final de la canción. Los dedos de Blackmore recorren el mástil de una ‘Fender Stratocater’ blanca y fabrican una vertiginosa melodía que parece simple. Un dibujo sobre una escala pentatónica que, aparentemente, podría tocar cualquiera. Pero amigo, cuando las notas suenan en los altavoces y estallan en el aire, se transforman en ese tipo de magia sonora memorable que siempre deja rastro. Pura potencia melódica. La esencia del hard rock concentrada en una ráfaga de 25 segundos.

-“Es increíble. Aunque te aprendas ese solo nota por nota, no te va a sonar igual. Nunca. No sé…¿será el ‘vibrato’?. No. El truco está en las manos de ese tío».

Quién habla así sobre lo que acabamos de ver y oír es Antonio Berdiales, alías ‘Berdi, uno de los dos guitarristas de Nonno, el grupo al que hemos venido a entrevistar. El es también el propietario del ‘Pez Eléctrico’, un flamante bar de copas ‘rockanrolero’, situado al final de la calle del Pez, casi en la esquina con San Bernardo, al que nos hemos desplazado para realizar este reportaje.

Aquí nos han recibido el propio ‘Berdi’ y su ‘compinche’ Daniel SerranoDani a partir de ahora-, que se encarga de la otra guitarra y la voz solista. Faltan otro par de componentes de Nonno. El batería, Rafael de la Cruz, alias ‘El Capitán’, y el bajista Jacobo García. En escena son un ‘power quartet, según se describen a si mismos (‘¿No se dice power trio? Pues, power quartet…’, explica Dani) y tocan rock combativo y comprometido con su tiempo. Ahora, la banda prepara cuidadosamente su próximo paso, que es el motivo principal de nuestra reunión de hoy: un concierto que tendrá lugar el próximo 29 de marzo en la Sala Caracol. El emblemático local madrileño, cerrado en un par de ocasiones por las ‘huestes’ de la alcaldesa Ana Botella, que la banda ya ha llenado en alguna ocasión y el que incluso ha grabado un ‘ep’ en directo.

Carretera
Está vez, Nonno compartirá el protagonismo del ‘bolo’ con Noviembre, una banda de Valladolid con la que harán luego otra actuación en la capital castellano-leonesa. Así son las cosas, hay que actuar en todas partes. Hacer muchos kilómetros. Carretera y manta. La misma estrategia que siguieron las generaciones anteriores de rockeros hispanos que han sido y que, casi seguro, seguirán las que estén por llegar. Quizá porque esta música encuentra su razón de ser sobre los escenarios. De momento, estos cuatro madrileños abducidos por el rock siguen ese mismo camino. El correcto. Aunque no sea el más corto y obviamente no siempre resulte fácil. Y, a pesar del toque de romanticismo que tiene esa lucha contra los elementos para aumentar su repercusión y llegar cada vez a más público, a veces, les gustaría que las cosas fueran más rápido, por lo menos a ‘Berdi’, pero no por eso van a dejar de hacer lo que hacen.

-«Puedes llenar la sala Caracol en Madrid, pero luego, lo interesante sería tocar en otra ciudad y llenar allí también. Es muy difícil crear un circuito». se lamenta.

Aunque, por supuesto la carretera también tiene sus cosas positivas. Y muchas, sobre todo si compartes los kilómetros con unos músicos que, además, son amigos tuyos desde hace años como es el caso al que nos referimos. O eso, por lo menos, es lo que piensa Dani, tras haber acumulado en ese aspecto una amplia experiencia con Nonno. El grupo ha tocado por todo el país, desde que hace unos tres años publicara su primer álbum ‘El futuro ya no es lo que era’. Una experiencia que han repetido con ‘Ego’, su segundo ‘cedé’ y también con ‘Directo en Caracol’, el ep grabado en vivo del que hablábamos antes, que apareció a finales del pasado año y que es, por ahora, su última referencia discográfica.

-«Cuando salimos fuera de Madrid, yo me lo paso bien. Llegas al sitio, tocas, viene gente a verte y, a veces, te sorprende encontrar a una parte del público cantando tus temas. Es genial. Y si no tienes que madrugar al día siguiente te puedes coger una borrachera con tus amigos. Y ya está. De eso se trata», afirma.

Pero, ¿cuál es el secreto de una buena actuación en directo? ¿Existe una fórmula concreta cuya aplicación asegure el éxito? Está claro que esta no es exactamente una ciencia exacta y que hay muchos factores, casi imposibles de cuantificar, que intervienen a la hora de establecer esa relación casi espiritual que se produce entre el público y los artistas. Aunque hay algunos elementos claves a considerar.

-«Nosotros ofrecemos un espectáculo sincero y divertido a la vez que comprometido. Y básicamente eso es un concierto de rock and roll. En Nonno no descubrimos nada, no hacemos nada excesivamente original. Pero lo que hacemos es sincero y nos sale de dentro. No hay truco y yo creo que eso conecta con la gente. Es como un partido de tenis, damos y recibimos», reflexiona Berdi.

En su trayecto, que dura ya ocho años, Nonno ha crecido como grupo y ha ido cogiendo confianza. Aunque el interés de una industria discográfica herida, pero que aún ‘manda mucho’ en los medios de comunicación, no les haya favorecido demasiado. Pero esa ha sido una constante en la siempre difícil relación entre los grupos de rock, que mueven unas considerable cantidad de público y la prensa, la televisión y la radio que ignoran esta realidad, suelen marginar al género y prefieren conceder minutos a otro tipo de artistas, tal vez más ‘glamourosos’ y, con seguridad, mucho más manejables. Lo cierto es que, en opinión de Nonno, sí que haría falta un tejido empresarial que apoyara la difusión de la música, pero bien gestionado y con unos objetivos muy claros. Justo lo contrario de lo que padecen los artistas españoles. Por eso estos ‘rockeros’ madrileños empiezan a ser conscientes de que llegados a este punto lo más sensato, y seguramente lo más rentable también, es hacer exactamente la música que les gusta. Y no preocuparse de nada más.

-«Ahora estamos muy cómodos haciendo lo qué hacemos. Nos sentimos libres. Antes nos condicionaba la presión del negocio. El sentimiento de querer triunfar comercialmente. Pensábamos demasiado en lo que podía funcionar y en lo que no «, explica ‘Berdi’.

-«Eramos jóvenes…necesitábamos el dinero», se justifica un jocoso Dani.

-«Ahora también lo necesitamos, pero…», concluye ‘Berdi’.

Complicidad

Igual que sucede cuando ambos comparten el escenario, según la versión autorizada de más de un testigo presencial, a la hora de hacer esta entrevista, estos dos ‘colegas’ funcionan como un equipo unido. Se complementan a la perfección. Dani suele llevar la voz cantante, pero su discurso, siempre contundente, se apoya en las reflexiones más ‘sentidas’ y realistas de ‘Berdi’, que aporta un ángulo distinto en la narración de la misma historia. Ambos parecen disfrutar con el juego. Con esa suerte de duplicidad irónica y cómplice, aderezada con una buena dosis de sentido del humor, que resulta una fórmula perfecta para abordar las estrecheces del presente a base de reírse de todo. Hasta de si mismos. Sobre todo de si mismos.

-«Es cierto que no llenamos estadios, ni salas de 2.000 personas. Pero bueno, mira, hace poco hicimos una Sala Caracol y estaba llena y… ¡Que bien! ¿Sabes? Y curramos y sufrimos, No, es fácil llenarla. Dentro de un mes a lo mejor tocamos y no la llenamos. Y ¿Qué más da?», se pregunta Dani.

Ese optimismo y esa manera de enfocar las dificultades les han mantenido a flote en unos tiempos no siempre fáciles. Y en los que las posibilidades de hacer conciertos y ganar dinero trabajando sobre el escenario han disminuido sustancialmente, en paralelo con la dura crisis económica que atraviesa el país. Sin embargo, a pesar de todos esos obstáculos, los componentes de Nonno aseguran estar en su mejor momento. Aunque este haya llegado con muchos altibajos, unos cuántos cambios de formación y algunas variaciones en el rumbo original que parecían inevitables para seguir navegando.

-«Cuando nosotros empezamos todavía tenía validez ese discurso del ‘España va bien’. Y hemos estado como el burro detrás de la zanahoria con esa ansiedad de las expectativas que uno se crea y se cree, sobre el éxito, sobre la repercusión», recuerda Dani.

Y, en parte, quizá tengan mucho que agradecerle, precisamente, a la dureza de la situación porque les ha obligado a tomarse mucho más en serio su música y a radicalizar conscientemente sus posiciones de partida. Son las consecuencias de una crisis que, según creen, ha ido poniendo a cada uno en su lugar. Que ha obligado a una generación entera a cambiar sus esquemas mentales y empezar a plantearse los motivos por los que hacen lo que hacen. Sin las falsas ensoñaciones de otros tiempos no demasiado lejanos. Pero también conscientes de que la protesta y la resistencia activa son fundamentales ahora.

-«Nuestra mentalidad ha ido cambiando. Nosotros, aunque sea muy feo decirlo, somos los hijos del capitalismo. Es la realidad, no somos ni mejores ni peores, pero nuestros padres y nuestros abuelos han peleado por muchas cosas que a nosotros nos han venido dadas y en las que ni siquiera pensábamos. Esta situación difícil de ahora, ha hecho que nos planteemos las cosas que hacemos y el por qué las hacemos. Al final, lo más importante no es ni de dónde vienes ni a dónde llegas. Es el ‘durante’ lo que hay que disfrutar», admite Dani.

Esa necesidad de concentrarse en el momento y exprimirlo al máximo es una invitación directa hacia el resurgimiento del rock. O eso piensan los componentes de Nonno. Una música dura, radical y combativa que siempre ha estado ahí cuando las cosas se tuercen y que, a pesar de la inmensa capacidad que ha demostrado el ‘sistema’ de deglutir y asimilar cualquier movimiento rebelde, tópicos y épicas de ‘tebeo’ aparte, siempre ofrece un lenguaje directo y agresivo, perfecto para canalizar cualquier protesta. Y algo de eso parece estar pasando desde hace un par de años en Madrid, con la aparición de unas cuántas bandas y un público creciente que vuelven a interesarse por el estilo.

-«El rock siempre ha sido un poco ‘underground’, ha representado la cultura de la base. Así que es normal que tal y como se están poniendo las cosas haya una cierta rebeldía y el rock regrese. Es cierto que queda mucho camino por hacer y que realmente no hay escena como la que hubo, pero empieza a notarse», explica Dani.

Descontento

A su amigo ‘Berdi’, sin embargo, lo que le resulta extraño es que no haya todavía más rock. Y más punk. En general, le desconcierta que no haya brotado un movimiento potente de música agresiva capaz de canalizar el descontento y la ‘mala leche’ que flotan en el ambiente viciado en el que vivimos.

-“Tendría que haber hasta folklore. Folklore madrileño. Pero rebelde, habría que trabajar por el Nuevo Chotis. De autor….”, sugiere Dani, ya lanzado.

-“Punkchotis”, completa ‘Berdi’.

-“Sí. Punkchotis. Estaría bien”, concede Dani.

Después ambos reconocen que cierto rock, y ciertos artistas se han apartado un tanto de los asuntos que afectan a la sociedad. Que han optado por unos textos en los que apenas hay rastro de lo que está pasando. De algún modo, sólo los ‘raperos’, y no todos se han mantenido ahí. En la línea más combativa de todas las posibles. También Nonno. En especial en ‘Ego’, un álbum en el que hay canciones como ‘¿Quién dijo miedo?’, en las que la rabia, el deseo de revancha y las temáticas combativas afloran perfectamente. Y no se trata de una excepción. Todo lo contrario. Y las nueva canciones que preparan ahora y que formarán parte de su próximo álbum abundan en esta línea.

-“A veces me paro a pensar y hasta me preocupo. Me parece que todos los temas hablan de lo mismo. Pero, al fin y al cabo es lo que estamos viviendo. Lo que sucede en este momento que nos ha tocado vivir. Y yo cuando compongo, habló siempre de las cosas que tengo en ‘la perola’, razona Dani.

No sólo eso, el cantante principal de Nonno cree, además, que cuando alguien se dedica a hacer algo que le gusta debe asumir algunas responsabilidades. Aunque ‘Berdi’ quiere matizar y dejar claro que el ángulo de visión donde la banda sitúa la cámara a la hora de escribir los textos y describir la realidad no pretende ser catastrofista.

-“Hay muchos temas esperanzadores en nuestros discos. Lo que pasa es que sí hacen referencia a la situación actual. Y a las posibilidades que hay en ella, también”, explica.

En lo musical, ‘Berdi’ y Dani se declaran ‘adictos’ al rock de los 70, aunque no hubiera hecho falta que lo dijeran en voz alta. Se ve en su actitud, en su forma de vestir y también en el entorno que nos rodea. Al fin y al cabo, en el bar en el que estamos, la nueva ‘guarida’ de la banda hay más de un rastro de esta afición. Por ejemplo, un enorme mural que reproduce la portada de ‘Heaven and Hell’, un disco de Black Sabbath de la época en la que el ya fallecido Ronnie Dio se ocupaba de la voz solista. Aunque el cuadro del ‘Pez Eléctrico’ ofrece una versión distinta del famoso motivo de los ángeles viciosos que pintó Lynn Curlee. Aquí en lugar de fumar, beben.

-“Algunos hablan catalán en la intimidad, nosotros escuchamos rock de los 70. Aglosajón, británco o americano”, dice Dani.

No sólo Black Sabbath. Otras bandas clásicas como Deep Purple, o Led Zeppelin también forman parte de su santuario particular. Un lugar hipotético al que siempre vuelven, a pesar de que se consideran muy abiertos y siempre están dispuestos a escuchar música de cualquier estilo. Siempre que sea interesante, por supuesto. Sin embargo, esas influencias no les han llevado a plantearse, de momento, escribir canciones en inglés, como han hecho algunas otras bandas de su generación. Tampoco es que lo hayan descartado. Simplemente no les sale así.

-“Cantamos en castellano y hacemos letras en castellano, porque creemos mucho en el castellano. Nos parece un idioma impresionantemente bello, aunque quede cursi esto decirlo. Y también porque el buen rock en castellano, me ha influenciado mucho. Leño, Barricada, Coz, Barón Rojo, por supuesto.… y hasta los Héroes del Silencio. Aunque estos he empezado a disfrutarlos más tarde. Cuando yo era ‘heavy´ no me gustaban, pero con el tiempo volví a escucharlos y me di cuenta de que estaban muy bien.

Es hora de terminar. Pero no podemos concluir esta entrevista sin pedir a Nonno que nos de un motivo para ir a verles en directo. Que se vendan ante nuestros lectores. Al principio se muestran ‘tímidos’ y se pasan la pelota el uno al otro. Dani le pide a ‘Berdi’ que sea él quien conteste.

-“Gracias por dejarme las preguntas chungas”, dice Berdi’.

-“Es que luego me llamas acaparador. Puedes hacer lo del político que es irte por la tangente, Es decir, hablar de lo que tú quieres y no contestar a la pregunta…”, le sugiere Dani.

-“¿Lo de político…?”, se interesa ‘Berdi’.

-Sí. Eso es. Como lo de ¿cobró usted sobresueldos?, y cuando se lo preguntan contesta…Bueno, pues hemos empezado a hacer tal…Pues eso, les hablas de tus medidas y ya está”, explica Dani.

-“¿Mis medidas?. 90-60-90”, asegura ‘Berdi’.

-“Exactamente. Eso es lo que me enamoró de ti”, afirma Dani.

Finalmente, es Dani quien se decide a hacer un poco de publicidad del concierto.

“Es el 29. Es un sábado, es un concierto que pinta bien y se va a hacer en la que es posiblemente, en mi opinión, la mejor sala de Madrid. Aprovechad para ir ahora que está abierta, porque es posible que pasado mañana la cierren…”, empieza.

Luego mira a la cámara de vídeo, levanta la mano y sonríe.

-“¡Un saludo para Ana Botella!”, exclama.

Y a nosotros no nos queda nada que añadir tras una despedida tan educada y cortés. Así que recogemos los bártulos y nos vamos, con el convencimiento de que el viejo rock urbano que anidó en Madrid hace muchas décadas tiene nuevos defensores. Y sí. Parece que ha vuelto para quedarse y sacudir una cuantas conciencias aletargadas. ¡Bienvenido sea!

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