Isabel Pantoja se encuentra recluida en su finca Cantora a la espera de la sentencia del ‘caso Blanqueo’, que se conocerá previsiblemente el próximo martes. La tonadillera está imputada por un delito continuado de blanqueo, por lo que el fiscal pide para ella tres años y medio de cárcel y una multa de dos millones y medio de euros.
Pantoja no sale de la finca desde hace días. Su madre y su hermano Agustin la acompañan en estos momentos tan delicados. En su agenda no hay prevista ninguna actuación hasta que el juez adopte la decisión. Su hijo Francisco y su nuera Jessica Bueno también acuden a visitarla a menudo junto con el bebé que tienen en común.
A pesar de la incertidumbre, fuentes del despacho de abogados que defiende a Pantoja confesaron a Vanitatis que “Isabel se encuentra confiada y tranquila, porque el juicio fue muy bien. Pudimos presentar muchas pruebas documentales que demostraban la inocencia de nuestra representada y por eso solicitamos en su día su libre absolución. A pesar de algunos datos erróneos que se han dado por buenos, aportamos una documentación exhaustiva con facturas, informes, rentas y pagos”.
Sus amigos añaden al portal de información rosa que “pase lo que pase, lo asumirá. Su situación anímica mejoró con el nacimiento de su nieto, aunque sigue teniendo problemas de salud porque tiene poco apetito y duerme mal. Su madre se pasa el día rezando. Ella también”.
Además de la tonadillera también está imputada su expareja Julián Muñoz, para quien el fiscal pide siete años de cárcel y 7,4 millones de euros. También la exesposa de éste, Mayte Zaldívar, para quien el fiscal pide la misma pena que para la cantante.
