El ‘hit parade’ digital de Billboard y Twitter cambia las reglas del juego del negocio ‘on line’. Lo poco que queda de la industria musical que conocimos hace sólo un par de décadas, sigue buscando, entre las ruinas del negocio, nuevas fuentes de ingresos que permitan su reinvención. Y, además, si es posible que sean lo suficientemente estables como para durar unos cuantos años y permitir el surgimiento de una nueva estructura.
Pero no resulta fácil. Casi todo los supuestos nuevos modelos de negocio que se han levantado con idea de aprovechar las supuestas oportunidades que aporta la tecnología han durado más bien poco. Y ni siquiera demostraron ser verdaderamente rentables antes de desvanecerse.
Y, al parecer, se avecina una nueva revolución. Los artistas más populares, y quizá cualquiera que tenga una pequeña base de fans y pueda intentarlo, intentan obtener ingresos publicitarios relacionados con el contenido que comparten en plataformas como YouTube o SoundCloud.
Hasta ahora, las agencias especializadas en el pago por impresión tenían que trabajar un tanto a ciegas. Mantenerse disponibles para cualquiera y preparar contenidos que, también pudieran compartirse en distintas plataformas. Pero, en general, ese flujo publicitario no estaba ligado a ninguna canción concreta.
Ahora ya no será así. O no necesariamente. Todo por culpa de Billboard Trending140 la última iniciativa conjunta de Billboard, la publicación estadounidense que genera las listas de éxitos más fiables, y Twitter.
El nuevo ‘hit-parade’ digital recopila, prácticamente en tiempo real, el movimiento que una canción concreta tiene en las redes sociales y los distintas plataformas donde puede haber sido compartida. Y también proporciona datos semanales y mensuales al respecto.
La herramienta facilita mucho el trabajo de selección de los publicistas y los especialistas en marketing de las marcas interesadas en asociarse con las canciones que crean tendencia. Una costumbre que ha desarrollado en los últimos tiempos, sobre todo, la gran industria textil y los fabricantes de productos de lujo.
Evidentemente, la aportación de transparencia y luz y taquígrafos a los hit-parade digitales es, en si misma revolucionaria. Los promotores de la iniciativa aseguran que aquí no va haber trampa ni cartón, aunque es cierto que si no fuera así tampoco iban a desvelarlo.
En lo que si coinciden los expertos es en que sin intentar medir de manera fiable, el impacto de un determinado artista o canción en el mundo digital, no se puede tener en estos días, una idea cabal del éxito o el fracaso de una determinada canción.
