La adquisición de Banco Popular en junio del año pasado ha ocupado buena parte del turno de preguntas de la junta de accionistas de Banco Santander celebrada hoy. La presidenta de la entidad, Ana Botín, que ya se había referido a esta operación en su intervención inicial, ha puesto énfasis en la “situación extrema” en la que se encontraba el Popular y ha defendido que el ‘bono de fidelización’ ofrecido a los clientes no ha tenido como objetivo evitar demandas judiciales.
“Lamento las pérdidas que han sufrido”, ha señalado en respuesta a los antiguos accionistas de Banco Popular Botín, que no obstante ha recordado que el Santander compró el banco en apuros a la Junta Única de Resolución y al FROB tras su resolución y posterior subasta. “El Santander compró el Popular a la Junta y el FROB y estos siguieron un proceso ajustado a la legalidad”, ha explicado Botín, que ha añadido que “nosotros mismos pudimos comprobar la situación extrema del Popular”, por lo que se tuvo que realizar una inyección de liquidez de emergencia, independientemente de la ampliación de capital de 7.000 millones de euros para su saneamiento.
“No hacemos comentarios sobre procesos judiciales en curso”, ha zanjado la banquera cántabra sobre las demandas de antiguos accionistas de Banco Popular, si bien sí se ha referido al ‘bono de fidelización’ que el Santander ha ofrecido a los antiguos clientes del Popular. Tal y como ha señalado, el bono ha sido una “acción comercial voluntaria, no una medida para evitar pleitos”. “El objetivo era fidelizar a los clientes y recuperar el pulso comercial del banco”, ha insistido.
“Los criterios era muy claros y transparentes y se han analizado cada caso de manera individual”, ha señalado también Botín respecto a este bono antes de recordar que “un cliente que invirtiera 100.000 euros en acciones ha recuperado ya un 84% de su inversión”.
Ya con un carácter más general, la presidenta ha insistido en que la compra del Popular tuvo “sentido financiero y estratégico” y fue una “buena noticia para el sector financiero, para España y para Europa”, y además “sin ningún coste para el contribuyente español”.
Ya en su intervención inicial, Botín había señalado que la adquisición ha permitido al grupo recuperar el liderazgo en España. “Seguimos trabajando en la integración, que avanza según lo esperado”, apuntó Botín. Los objetivos de la compra del Popular pasan por una rentabilidad sobre la inversión comprendida entre el 13% y el 14%. El impacto en beneficio por acción será de más de un 2% a partir de 2019.
Además de los resultados y del dividendo con cargo a las cuentas de 2017, la junta general de accionistas, que ha durado aproximadamente cinco horas, ha aprobado la ratificación y el nombramiento de dos consejeros: Ramiro Mato y Alvaro de Sousa.
