Benín, el crepúsculo de los niños esclavo

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Benín, el crepúsculo de los niños esclavo

Julio Pérez del Campo y Carles Bover inician un nuevo proyecto documental, esta vez en Benín, ubicado en pleno Golfo de Guinea, para mostrar la realidad de la infancia beninesa.

Hace 2 años el talaverano Julio Pérez del Campo y el mallorquín Carles Bover consiguieron a través del cortometraje documental GAZA ser un altavoz para Palestina gracias al apoyo de muchas personas y el eco mediático del Premio Goya. Ahora inician un nuevo proyecto documental, esta vez en Benín, ubicado en pleno Golfo de Guinea, para mostrar la realidad de la infancia beninesa.

Para realizar este nuevo proyecto han lanzado una campaña de crowdfunding, a través de la plataforma social Goteo, para poder poner en marcha el documental con el apoyo de todas las personas que quieran colaborar y hacer realidad este documental. El objetivo de esta financiación colaborativa es poder seguir siendo libres a la hora de mostrar las historias que realmente necesitan ser contadas.

Benín es uno de los países más pobres del mundo, con una edad media de 17 años, donde los niños se enfrentan a grandes dificultades y grandes retos. Según diferentes informes, más de 40.000 niños son vendidos o cedidos para hacer trabajo esclavo cada año. Puedes conseguir un niño por menos de 30 euros.

Existen otros muchos problemas, como los niños brujos. Bebés que, por el hecho de nacer de forma poco habitual, como nacer de espaldas o tener dientes, son estigmatizados para toda la vida, cuando no directamente asesinados.

Pero el proyecto no sólo se enfocará en la cara B del país, muchas veces los documentalistas tratan temas muy crudos sin mostrar que existe otra realidad. Entre otras cosas esto ha hecho que se tenga una visión bastante distorsionada de lo que es África. La juventud beninesa se enfrenta a grandes retos y ha sido capaz de mejorar las perspectivas de vida para los próximos años. Este documental pretende dar voz a la infancia de Benín, una generación que se reivindica así misma y que mira con gran interés el futuro y la transformación del país.

Los directores afirman que, si tienen que hacerlo sin financiación lo harán igualmente, como ya hicieron con GAZA consiguiendo un fuerte impacto y sensibilización, pero sin este apoyo obviamente no será lo mismo. Saben que son momentos económicos muy difíciles para todo el mundo, pero creen que este proyecto tiene que ser de todas y de todos. Por eso, cualquier persona que no pueda donar, con sólo meter un euro de manera simbólica ya aparecerá en los títulos de crédito del documental.

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