“Con esta nueva deducción, quien venga a vivir a Madrid e invierta su patrimonio, ya sea en una vivienda, en una empresa, en productos financieros… en lo que sea, va a obtener una reducción en el tramo autonómico de su impuesto sobre la renta correspondiente al 20% de dicha inversión”. Así lo ha explicado la dirigente autonómica durante su intervención en la nueva edición del foro Spain Investors Day, que congrega en la capital a empresas cotizadas del país e inversores internacionales.
La medida fiscal del Gobierno madrileño –“pionera en Europa”, presumen desde la Puerta del Sol- está vinculada a todo tipo de activos, tanto financieros como inmobiliarios. “En el caso de los primeros, no será requisito imprescindible que estén en la Comunidad”, detalla el Ejecutivo de Ayuso en una nota a los medios. No obstante, los inmobiliarios sí que deberán de estar ubicados en la región.
En cuanto al volumen de la inversión no se establecen límites, por lo que será aplicable a partir del primer euro. El único tope anual será la propia cuota de IRPF sobre la que se aplica la deducción del 20% de lo invertido. “Es decir, si es suficiente para compensar toda la desgravación, se podrá hacer el primer año de la inversión. Si no lo es, se irá repartiendo a lo largo de los siguientes cinco años”, señala la Comunidad.
Para poner en marcha esta nueva medida fiscal, el Gobierno regional modificará el Texto Refundido de las disposiciones legales de la región en materia de tributos cedidos por el Estado. La previsión es que este cambio sea validado en las próximas semanas por el Consejo de Gobierno para iniciar así su tramitación parlamentaria en la Asamblea de Madrid y que la deducción entre en vigor durante este mismo año.
“Cuando la inversión ponga en tela de juicio la política fiscal del Gobierno de Pedro Sánchez podrá seguir opinando que Madrid es diferente, que Madrid es libertad y prosperidad y que aquí será bienvenido”, ha afirmado Ayuso, que busca “recibir nuevos madrileños que vengan a vivir entre nosotros y que su familia sea atendida en la mejor sanidad pública del país, en una educación en libertad y calidad, con un transporte público excepcional y seguridad en una región integradora y plural”.
Asimismo, el objetivo de esta medida, ha detallado, es “trasladar un mensaje claro a la comunidad inversora internacional, que en España hay contrapesos institucionales y una alternativa a este Gobierno (central), muy especialmente ahora ante el impuesto de patrimonio”.
Ejemplos de la nueva deducción para inversores del exterior
Esta nueva deducción fiscal está dirigida a cualquier persona que no haya residido en España en los cinco últimos años y decida trasladarse e invertir en la región y tendrán que mantenerse, al menos, seis años en la Comunidad. Dicho esto, la presidenta autonómica ha puesto tres ejemplos.
El primero, el de un joven español que “tuvo que emigrar en la crisis de 2012 y quiere volver a casa y se instala en Madrid e invierte sus ahorros en comprarse una vivienda aquí por valor de 300.000 euros”. En este caso, ha detallado, va a tener un ahorro fiscal de 60.000 en su impuesto sobre la renta que podrá repartir a lo largo de seis años.
A este caso hay que sumar el de “una persona que decide venir a Madrid para teletrabajar e invierte 12.000 euros en el Ibex 35 o en un fondo de inversión se podrá deducir hasta 2.400 euros en su factura fiscal”.
El tercero es el de “un inversor norteamericano que invierta 500.000 euros para que un restaurante madrileño pueda abrir en Nueva York”. Este inversor podrá beneficiarse “de un ahorro fiscal de 100.000 euros siempre que se quede a vivir y opere desde aquí”.
Por último, ha puesto el ejemplo de “un gran patrimonio hispanoamericano, harto de las políticas de acoso y derribo y de la asfixia fiscal al que es sometido en su país de origen, se instala en Madrid e invierte un millón de euros en adquirir una participación minoritaria de una empresa madrileña”. En este caso, “se ahorrará 200.000 euros en su factura fiscal que podrá repartir a lo largo de seis años”.
De acuerdo a las estimaciones de la Comunidad de Madrid, esta nueva deducción “tendrá unos efectos positivos en la economía regional, ya que favorecerá la llegada de inversión y, con ella, se generará actividad y empleo, lo que acabará teniendo impacto en la recaudación”. En concreto, asegura, “por cada 1.000 millones, se generaría casi 13.000 puestos de trabajo y 886 millones más al PIB regional”. “Esto supone más cotizaciones, más consumo y, por tanto, mayores ingresos vía impuestos, en concreto, cerca de 125 millones”.
El Gobierno de Ayuso busca, de esta manera, “contrarrestar los efectos perjudiciales para la economía del Impuesto de la Solidaridad de las Grandes Fortunas, un nuevo tributo estatal que podría ocasionar la pérdida de 13.000 contribuyentes y 5.000 millones de ingresos”, vaticina.
