Los cocineros del reestreno en Bolsa de Telepizza se han visto superados por las órdenes de venta, como un anotador de pedidos en pleno descanso de una final de Champions. Alfombra roja, campana, motos, pizzeros, repartidores… Todo estaba listo para el festín de Telepizza en Bolsa. Sin embargo, el esperado bocado ha terminado por causar empacho en el estómago -leáse cartera- de muchos inversores. Un ingrediente ha fallado para la receta del éxito: levadura para aupar la cotización en su colorido estreno.
El ‘chef’ supremo de la cadena de pizzerías, Pablo Juantegui, ha defendido que contaban con apetito inversor suficiente como para haber cocinado su entrega a Bolsa a 8,00 euros por acción. Pero la realidad ha sido muy diferente: eso de ‘coge si quieres, que yo ya voy servido’ se ha debido oír mucho este miércoles en los despachos de los brókeres de Bolsa española, porque la compañía ha llegado a perder un 19% de su precio, hasta valer una de sus porciones -léase acciones- menos que el más básico de los menús individuales a la venta en sus establecimientos.
No es de extrañar que, ante tal panorama, la celebración se le haya atragantado a más de uno de los presentes en el tradicional toque de campana para el que la compañía ha desplegado todo su colorido. A las 11:30 horas de este miércoles, los habituales agentes de seguridad apostados a la puerta del Palacio de la Bolsa de Madrid han sido ‘relevados’ por repartidores ataviados con el uniforme corporativo de la compañía que transportaban a los convidados a este ‘brunch’ ayudados de las conocidas cajas de pizza y las siempre reconocibles motos de reparto, enlucidas para la ocasión.
Una vez dentro, despliegue de la carta de productos de la compañía: pizzas de los sabores más variados, bocaditos de camembert, delicias de pollo, croquetas caseras… Todo recién traído de los locales que la compañía tiene distribuidos por la zona, según han explicado fuentes entendidas en esto del reparto de pizzas y el secreto de su masa. Estos mismos convidados han sido quienes han hecho el acertado comentado de que un ingrediente había fallado: la levadura que aupase sus acciones hasta los 8,00 euros de los que presumía el ‘chef’.
Dicho de otra manera, ha faltado la sabia mano cocinera de los cuidadores del debut, que parecen haberse visto desbordados ante el aluvión de órdenes de venta. Por seguir con la metáfora gastronómica, como si se hubiera tratado de ese anotador de pedidos recién contratado que se estrena al teléfono para decir eso de “Telepizza, ¿qué desea?” en pleno descanso de una final de Champions.
Solo una cosa ha desentonado en el cóctel de aguada celebración del regreso de Telepizza a los fogones de la Bolsa: el vino. Por más que uno se empeñe en buscar en la carta de la compañía los caldos blancos y tintos que se han servido en el evento, nada… no están. Quizá, han bromeado algunos invitados, se trataba de una ayuda extra para pasar el áspero trago de la falta de levadura. El secreto, como siempre, está en la masa. Accionarial, en este caso.
