El dragón de oro a punto de despertar

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El dragón de oro a punto de despertar

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China no cesa de adquirir protagonismo en el mercado del oro físico a sabiendas que este metal les ofrece un gran poder y seguridad ante un futuro de la economía global cada día más incierto. Los últimos movimientos del gobierno chino comienzan a cumplir las previsiones que mantenemos desde hace unos años: China quiere controlar el mercado del oro físico a nivel mundial. En su camino hacia este control ya ha conseguido hacer del Banco de la República Popular de China (BPC) el principal opositor a los grandes bancos centrales occidentales.

El consumo actual de China supera las mil toneladas anuales, repartidas entre su propia producción, la importación y la recuperación de desechos. En 2013 alcanzaron el primer puesto del ranking, un liderazgo que crece en 2014. China no cesa de adquirir protagonismo en el mercado del oro físico a sabiendas que este metal les ofrece un gran poder y seguridad ante un futuro de la economía global cada día más incierto.

Una estrategia desarrollada tanto a nivel estatal, a través del Gobierno, como por parte de los ciudadanos chinos, que poco a poco, aprovechan la estabilidad del precio del metal para llenar sus arcas. Una estabilidad, que por cierto, mucho tiene que ver con la propia intervención del Gobierno chino, y es que si el plan es comprar, será mejor hacerlo con cierto “disimulo” para que no aumente su precio. De hecho, ante la amenaza de cualquier movimiento al alza o la baja, siempre existe la respuesta directa por parte del BPC, restando capacidad al resto de actores del sector y manteniendo el valor del oro estable.

Así, el mercado de oro de Shanghái se ha convertido en el mayor del mundo de oro físico, y hace unas semanas anunció su intención de lanzar su propio índice de referencia, equiparable al británico LOCO. Un paso más hacia el gran objetivo, hacer de Shanghái el centro financiero del mundo. Y además, indirectamente asegurando el resto de sus inversiones, ya que el oro como valor refugio por excelencia protege del devenir del resto de la cartera de inversión.

China y su banco central van ganando la partida, sin oposición de los gobiernos de EEUU y Europa. Y mientras, el ciudadano de Occidente tuerce el gesto cuando le hablan de invertir en oro, porque es algo que suena a pasado, cuando en realidad sigue siendo la mejor inversión para garantizar el futuro.

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