Acusan a la vicepresidenta de domesticar al diario El País “hasta dejarlo sin alma”

Comunicación

Acusan a la vicepresidenta de domesticar al diario El País “hasta dejarlo sin alma”

Un artículo presenta a Santamaría como la “jefa de propaganda” del PP y a los grandes medios de comunicación como “títeres” en sus manos.

Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno

El control “absolutista” los medios de comunicación que realiza el Gobierno a través de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, es analizado hoy en un artículo publicado por cuartopoder.es, en el que se denuncia que “todas las grandes cadenas de televisión, los grandes periódicos y las grandes radios, son títeres en manos de la jefa de propaganda” del PP, al que califican como el “partido político más corrupto de Europa, y de la historia de nuestra democracia”.

Este digital alerta que “un partido ultraconservador, podrido hasta los cimientos, con la justicia pisándole los talones, se hace con el control de la comunicación para poder ofrecer una imagen blanqueada que les permita mantenerse en el poder”. Un movimiento “totalitarista” que considera han podido realizar al coincidir “con una crisis económica que ha devastado a las grandes empresas de comunicación”. Haciendo notar que “Soraya tiene a los periodistas cogidos por las pelotas” gracias a que “las decisiones del actual Gobierno, metemos publicidad estatal en este diario y en éste no, pueden condenar o amnistiar a un medio”.

Considera cuartopoder.es que “último movimiento absolutista de Sáenz de Santamaría tiene que ver con El País, periódico al han ido domesticando hasta dejarlo sin alma”. Y apunta el medio online que “ya no queda nada del diario progresista que marcó una época”, denominando a El País de Caño de “brazo armado del PP”.

El mencionado digital se escandaliza de que nadie ponga el grito en el cielo ni nadie diga en voz alta que “una democracia sin periodismo libre es una democracia de mínimos” a pesar de que algunos titulares del fin de semana dijeran “Soraya aborta el relevo de Cebrián para no perder el control de Prisa”.

Y avisa que el verdadero drama es considerar algo normal, “un mal menor”, la corrupción gubernamental y la ausencia de periodismo.

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