Para la independencia no está

Cataluña

Para la independencia no está

Los secesionistas catalanes se desgañitan anunciando la independencia de la región la semana que viene, como quien dice. Los secesionistas catalanes, encabezados por el presidente de la Generalitat, se desgañitan anunciando la independencia de la región la semana que viene, como quien dice. Pero cuando se echa un vistazo a la realidad catalana, al margen de otras consideraciones importantes, lo que contempla lleva enseguida a la conclusión de que aquello para la independencia no está.

Aparte que la manida frase de España nos roba ya no vale y que la mayoría de ciudadanos no está por la labor, los indicadores económicos no pueden ser más disuasorios de cualquier aventura política fuera del tiesto. El déficit es enorme y el endeudamiento, brutal. Aparte que con la incertidumbre que crea el proceso en que los más exaltados se hallan empeñados aleja las inversiones y paraliza el crecimiento.

Mientras tanto, la coalición gobernante o mangoneante es incapaz de aprobar un presupuesto y pone el futuro político al borde unas nuevas elecciones, por si fuesen pocas todas las que los ciudadanos ya llevan estos últimos meses sobre sus espaldas. La CUP, el principal exponente de los antisistema que por todas partes existen, no para de incordiar, como le es propio, y de poner la estabilidad necesaria incluso para el día a día al borde del infarto.

Asunto aparte es el caos que una ya conocida guerrilla urbana, legitimada por el nuevo poder municipal, viene sembrando en el barrio de Gràcia. Más de veinte personas heridas, daños materiales cuantiosos, problemas de convivencia entre los vecinos… en fin, una situación que en una ciudad moderna, culta y organizada como Barcelona además de inaceptable resulta inimaginable. No, para crear confusión, excelente; para primar la independencia, en absoluto.

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