El escándalo de los metales preciosos golpea la credibilidad de Deutsche Bank

Materias primas

El escándalo de los metales preciosos golpea la credibilidad de Deutsche Bank

Deutsche Bank

La caída de la entidad desde el arranque de este 2016 ya asciende al 30% para el banco alemán. Ahora, el escándalo de la manipulación en el precio de los metales preciosos le resta más credibilidad. Ya estalló la noticia hace unos días: los precios en el mercado de metales preciosos se manipulan. La sospecha ya estaba bien consolidada, pero las hipótesis se confirmaron después de que Deutsche Bank reconociera abiertamente haber manipulado el precio del oro y otros metales. La cúpula del banco, de momento, se ha disculpado ante la opinión pública con la promesa de cooperar con sus demandantes, e incluso se ha comprometido a facilitar mensajes instantáneos y otras comunicaciones en formato electrónico para contribuir a solventar el problema.

La noticia fue confirmada por Reuters poco después de que Deutsche Bank llegara a un litigio con Estados Unidos: la primera economía del mundo acusó a la entidad de manipular los precios del oro. Y todo poco después de conocerse que la entidad había reconocido manipulaciones en el mercado de la plata.

A estas alturas, y dada la mala fama del mercados de metales preciosos, la forma más práctica de cerrar el debate en torno a si estaban sometidos o no al artificio de las manipulaciones era concluir que, si no lo estaban, serían los únicos sin manipular. No obstante, ante los repetidos escándalos de la banca y una desconfianza creciente de los usuarios ante unas instituciones cada vez más desprestigiadas, y frente a disputas en relación a tipos de interés, bonos, divisas y materias primas, finalmente el mercado de las commodities ha optado por quedarse en un terreno más seguro, y evitarse escándalos propios.

Pero dentro del mercado de materias primas han tenido que surgir las excepciones: la plata y el oro han sido la excepción particular, y los movimientos extraños o, cuanto menos, abruptos no han faltado en el sector. Ahora, ante las repetidas sospechas de manipulación y las interminables demandas, buena parte de los inversores pueden respirar tranquilos ante el hecho de que un caso haya sido expuesto.

No es para menos: Deutsche Bank no ha sido el único banco al que se ha relacionado con estas malas prácticas. Los traders de plata y oro vienen acusando de lo mismo desde 2014 a un buen número de entidades. Entre ellas, además del propio Deutsche Bank, están algunas de las más conocidas a nivel mundial, como HSBC Holdings Plc, Scotiabank y UBS, además de Barclays y Société Générale.

De momento, el mero hecho de que la entidad alemana haya reconocido la manipulación supone una disminución en la opacidad en el mercado de cara al futuro. Aunque, de momento, se puede esperar que la llegada de una completa transparencia tarde en aparecer. Lo cierto es que las revelaciones y la supuesta intención de Deutsche Bank a colaborar facilitarán en gran medida el esclarecimiento de la manipulación en este mercado de metales preciosos.

Ahora queda preguntarse en los motivos que han empujado a Deutsche Bank a reconocer las malas prácticas. Lo más probable es que los principales inversores se hayan percatado de del verdadero valor de estos metales preciosos y no estén dispuestos a pagar de más.

Probablemente, la disponibilidad de la entidad a colaborar se debe a ayudar a los demandantes con sus reclamaciones frente a otros acusados. De momento, queda la idea y la confirmación de que los bancos se han venido lucrando en gran medida, y durante mucho tiempo, de los metales preciosos.

Lo cierto es que dos de los bancos a los que ha salpicado el escándalo se han visto más afectados de media que el resto de bancos de inversión. De acuerdo a datos recopilados por Bloomberg, el ánimo de Deutsche Bank ya estaba en declive cuando el consejero delegado fue apartado para sustituirlo por Cryan.

Deutsche Bank ha caído desde que arrancó el año un 30%. Y un 50 %desde hace un año completo. Similar es la caída para Credit Suisse, si bien la caída respecto al año entero no alcanza el 45%.

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