Rubalcaba no consigue sacar partido del desgaste del PP en las encuestas por sus medidas impopulares o el escándalo de su extesorero. Las recientes encuestas publicadas ponen de manifiesto que los socialistas no están sacando provecho del desgaste que están provocando al PP sus dos años de gobierno y el incumplimiento sistemático de su programa electoral. En lugar de obtener ventaja de dicho desplome popular, el partido que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba se encuentra en sus cotas más bajas en intención de voto.
El último ejemplo de esta tendencia a la baja, que parece no tener fin, se pone de manifiesto en el sondeo que ha publicado el diario El Mundo esta semana, del que se desprende que desde las elecciones generales de noviembre de 2011 el PP perdería algo más de 11 puntos.
Ni los recortes sociales, ni el caso Bárcenas o medidas tan impopulares como la ley de Educación del ministro Wert o la restrictiva reforma del aborto han logrado que Rubalcaba recorte distancias respecto al partido de Rajoy ni frene la caída libre del Partido Socialista.
Y es que lo más grave para los socialistas -a tenor de la tendencia que se pone de manifiesto en dicha encuesta- es que el PSOE no capta ninguno de estos votos del descontento, a diferencia de Izquierda Unida que lograría una importante subida, ya que pasaría a obtener el 14,7% de los votos, casi el doble de los que logró en los comicios de 2011.
Desde el partido de Rubalcaba se apresuraron a restar importancia a dicho sondeo que señala que el PP lograría el 33,3% de los votos, muy lejos -11,3 puntos- del 44,6% que logró en las elecciones generales de 2011, pero aún así 8,9 por delante del PSOE, que registraría su cota histórica más baja: un 24,4%.
Se ‘encomiendan’ a las europeas
Tanto el número tres del partido, Oscar López, como la portavoz parlamentaria Soraya Rodríguez, recordaron que hay encuestas que dicen lo contrario, como la del CIS, que dice que el PSOE está por delante del PP en voto directo, y se limitaron a argumentar que “la mejor encuesta” son las elecciones europeas que tendrán lugar el próximo mayo.
Pero lo que ocurre con el Partido Socialista no es ninguna sorpresa después de todo un año en el que el PSOE ha estado ‘enredado’ en asuntos internos como organizar una Conferencia Política (que se celebró entre el 8 y 10 de noviembre sin pena ni gloria a pesar de las grandes expectativas que se habían creado) y en el que los dirigentes socialistas se han mostrado más preocupados por sofocar sus luchas internas que de realizar una verdadera labora de oposición.
Un ejemplo es el largo e inútil debate que han mantenido en las filas socialistas: primero, sobre si era necesario abrir o no un proceso de primarias para elegir candidato a la Moncloa, una exigencia que provocó luchas internas, y que es de lo que más han hablando los dirigentes del PSOE en los medios de comunicación; y posteriormente, sobre la fecha en la que había que celebrarlas.
Después de tanto discutir aún no hay fecha y sólo se sabe que el 18 de enero el PSOE tiene previsto un importante Comité Federal del que saldrá el calendario de las primarias, en las que se elegirá el candidato del partido a presidente del Gobierno.
También se desconoce aún si se presentará el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, ni tampoco quiénes serían, en caso de que lo hiciera, sus ‘rivales’. Lo que sí hay, día tras día, son quinielas y más quinielas sobre presuntos candidatos alternativos al actual secretario general del PSOE. Un panorama que no parece el más propicio para fomentar la confianza de los electores.
