Los policías también rechazan las normas cívicas de Ana Botella: no quieren “recaudar” multando a los mendigos

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Los policías también rechazan las normas cívicas de Ana Botella: no quieren “recaudar” multando a los mendigos

Ana Botella, alcaldesa de Madrid

La oposición, la prensa británica e incluso el presidente Ignacio González, rechazan la ordenanza cívica de Ana Botella. Al estupor general se unen ahora los policías municipales que no quieren ser ‘los malos de la película’ multando a los méndigos. Los principales sindicatos policiales de Madrid, CPPM y UPM no ven con buenos ojos el ‘papelón’ que les deja la ordenanza cívica que, por ahora es un borrador.

Los agentes creen que «con la escasez de medios» de los que disponen y la «no convocatoria de plazas» será «muy complicado» ejecutar las nuevas sanciones que contempla la ordenanza de convivencia que Ana Botella quiere implantar a principios del año que viene. Además acusan al Consistorio de querer convertirles en los «padres malos y castigadores».

Tal y como señala a madridiario.es Julián Leal, portavoz del Colectivo Profesional de Policía Municipal, sindicato mayoritario, esta ordenanza convierte a los agentes»meros recaudadores».

Además, este representante policial Ve además difícil demostrar ciertas conductas que serán objeto de infracción: “¿Cómo se sabe si el cliente le está solicitando un servicio a una prostituta o simplemente le está pidiendo la hora? Para probar eso no sólo tienes que mirar, también tienes que escuchar. Ya con el botellón a veces nos resulta difícil demostrar que es alcohol lo que se bebe, demostrar esto será peor”.

Leal también critica las sanciones para los mendigos: “¿Cómo vas a poner una multa a alguien que pide limosna para comer? No tiene sentido”

El portavoz de CPPM considera que, aunque entre en vigor la normativa tal y como está, “muchas de las multas no se cobrarán”.

El borrador de la ordenanza de convivencia para «acabar con los usos poco respetuosos o conflictivos en las calles» ha sido muy criticado porque establece importantes sanciones económicas para un sinfín de aspectos y eso incluye desde la prostitución y la mendicidad hasta la acampada en la calle, la limpieza de parabrisas en los semáforos o los «gorrillas» que cobran por aparcar.

También, por primera vez prohíbe a las cundas o taxis de la droga y regula incluso el uso de monopatines o la colocación de macetas en alféizares y balcones.

Además, quiere prohibir pedir limosna «a las entradas y salidas de centros educativos, de atención social, hospitales, establecimientos comerciales y empresariales

Por si fuera poco, la norma por lo que también quiere penalizar el hacer malabares; escupir o tirar papeles al suelo; ofrecer pañuelos en un semáforo; dormir en banco; alimentar o bañar a perros en la calle; causar molestias a los vecinos regando las plantas; sacudir una alfombra en la acera; o subirse a una fuente, etc, etc, etc.

La nueva normativa prevé un régimen sancionador con multas de hasta 750 euros para las infracciones leves, que se pueden sustituir por servicios a la comunidad a través del voluntariado; de 1.500 para las graves y de 3.000 para las muy graves.

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